Para ser justos está en casa de mis padres donde casi cada día mi padre llega del campo cargado de tomates, calabacines, berenjenas, higos, peras, manzanas...
Este año, como los anteriores, las calabazas no han querido acompañarnos (mal que me pese) y el peral se ha declarado en huelga.
Por contra el manzano está dando sus frutos de manera generosa y ahí me tenéis ideando postres nuevos con los que dar salida a la mayor cantidad posible de fruta.
La manzana es siempre bien acogida en casa, más si en un postre se incluye y como muestra no hay más que echar un vistazo a las recetas del blog donde encontramos la clásica tarta de manzana americana, un bundt marmolado de manzana y chocolate, este otro con manzana, vino y canela, un delicioso flan, un maravilloso pastel alemán, o la versión noruega, crumble, muffíns...
Recetas que me acompañan desde los inicios de esta cocina virtual y que tan buenos resultados dan siempre.
La tarta que os traigo hoy no sólo es fruto del aprovechamiento sino de mi necesidad por repetir un postre que hice antes de tener el blog y cuya receta original no he sido capaz de encontrar.
Aunque no parezca posible había vida antes de este rinconcito virtual. Vida repostera, por supuesto. Pero cuando lo pienso llego a la conclusión de que era más aburrida, menos exigente y bastante más limitada y aburrida.
Todas lo comentamos. Un blog es como un segundo trabajo. Exige mucho. Muchísimo más de lo que a simple vista puede parecer. Pero ofrece mucho. Mucho más de lo que quien no está detrás de uno puede imaginar.
Estos pequeños rincones con una fuente inagotable de ideas e inspiración. Buscas constantemente recetas diferentes, algo que no hayas probado, algo con lo que sorprender y sorprenderte... Es como una droga cuyos efectos secundarios son medidos por la báscula.
La combinación de la manzana y la canela me encanta. Me recuerda muchísimo al otoño que tantas ganas tengo de que llegue (aunque confesaré que este año lo recibo con cierto recelo) y que tan inspirador me resulta siempre.
Lo bueno de este postre es que se puede preparar en cualquier momento porque manzanas siempre tenemos en fruterías y supermercados, si bien ahora las tenemos a muy buen precio y de una calidad maravillosa por estar de temporada y hay que aprovecharlas, sobre todo si son de cosecha propia como es nuestro caso.
Por no hablar de que la mayor dificultad es pelar y trocear las manzanas, ya que todos los ingredientes se baten, se vierten en un molde y al horno. Pocos postres dan tanto con tan poco esfuerzo.
Y comemos fruta. Sin darnos cuenta. Sin esfuerzos. Sin reproches. Sin presiones. ¡Que no sabéis lo que cuesta en casa!
Lara a sus cuatro años y medio se sigue negando en rotundo a probar casi cualquier alimento. Elena con su año y medio come lo que le ofrezcas. Puntualizo. Come lo que tengas, porque es ver que se pone la mesa y venir corriendo para que me siente, la coja y abrir la boca a cualquier cosa que haya en el plato.
A la disyuntiva de si los malos comedores se hacen o nacen yo tengo más que claro que se nace así. Es una predisposición genética. Lo he visto en Lara y antes en mi hermano.
No voy a decir que a estas alturas haya tirado la toalla. Eso nunca. Pero sí que voy asimilando que nos queda un larguísimo camino por delante y que más vale resignarse a su ritmo que andar todo el día con tensiones a la hora de las comidas.
La textura de este postre está a caballo entre un flan y una tarta de queso. Garantía de éxito en mi casa y seguro que en la vuestra también.
Como os he dicho es un postre que queda de lo más resultón y la complicación es mínima (así como los cacharros a fregar, cosa que siempre se agradece)
Tampoco anda demasiado pasado de calorías. Y eso siempre es un aliciente ¿verdad? Lo decimos siempre, un postre es un postre, y como tal calórico, pero aquellos que llevan fruta nos resultan más sanos (dentro de lo que cabe) y menos pecaminosos y ¡qué leñe! a ver si un no vamos a poder permitirnos un capricho de manera ocasional.
Entiendo que igual da un poco de pereza encender el horno, pero os aseguro que el esfuerzo merecerá la pena.
Espero que os animéis con esta tarta porque estoy segura de que no os va a defraudar ¿alguien se apunta a un trozo?
Ingredientes:
* 500 gramos de manzanas (peso ya limpias de pieles y corazones)
* 350 gramos de queso de untar
* 125 gramos de yogur de limón (natural, de vainilla...)
* 100 gramos de azúcar blanca
* 60 gramos de caramelo líquido
* 3 huevos
* 150 gramos de harina
* 150 ml de leche
* 1 cucharadita de canela
* 3-4 manzanas para la superficie
* 1 cucharada sopera de azúcar moreno
* Canela en polvo para espolvorear
Elaboración:
1. Pelamos y partimos las manzanas en trozos no muy grandes y las ponemos en un bol amplio.
2. Añadimos el queso, el yogur, el azúcar, el caramelo, la cucharada de canela, los huevos, la harina y la leche y batimos hasta obtener una masa líquida y sin grumos.
3. Lo vertemos en el molde que vayamos a utilizar (preferentemente que no sea desmoldable para evitar fugas ya que es una mezcla totalmente líquida o lo forraremos con papel de hornear para evitarlas)
4. Pelamos 3-4 manzanas (en función del tamaño de las frutas y del diámetro de nuestro molde) y las cortamos en láminas que distribuimos por la superficie de la masa.
5. Espolvoreamos una cucharadita de azúcar moreno y metemos en el horno precalentado a 180ºC durante una hora y media o hasta que esté cuajado. El tiempo dependerá muchísimo del diámetro del molde así que tendremos que irlo controlando pinchando con una brocheta de madera.
Si la manzana se dora podemos tapar la tarta con un papel de aluminio para evitar que se queme mientras termina de cuajarse la tarta.
6. Una vez cuajada dejamos reposar en el horno con la puerta entreabierta y después pasamos a una rejilla hasta que se enfríe por completo.
7. Tapamos y pasamos al frigorífico. El reposo en frío le sienta realmente bien.
8. Antes de servir espolvoreamos la superficie con canela en polvo.
Otra opción sería pintarla con mermelada de melocotón o utilizar azúcar glas, aunque la superficie es tan húmeda que a medida que cae se deshace, así que no os lo recomiendo.
Puedo asegurar que gana con los días, aunque no durará mucho habida cuenta de lo rica que está.
Un postre más que va para el reto 1+/-100 de mi amiga Marisa porque es maravillosa para dar salida a mucha fruta de una vez.
Las niñas siguen bien. Elena aún no ha ido a la guardería, quizá la semana próxima. No lo sé.
Lara comienza hoy las clases. Y yo soy un mar de contradicciones. Tiempo al tiempo. Es que no sé ni qué decir, así que aplazo el tema para otro momento.
Un placer reencontrarme con vosotros. Me estoy poniendo al día con las visitas y las recetas que me he perdido.
Nos leemos la semana próxima. Sed felices ¡y mucha precaución!
Manos a la masa y ¡bon appétit!
Fuente: este post proviene de Los dulces secretos de Cuca, donde puedes consultar el contenido original.
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