La receta de este mes ha sido un desastre, primero por motivos gastronómicos y luego por motivos informáticos. Pero pese a todos los obstáculos, aquí estoy, no me quería perder el viaje. Soy una fanática de los quesos, así que cuando vi que este mes nos tocaba Suiza, tenía clarísimo que hiciera lo que hiciera, el queso fundido sería el protagonista y, aunque tuvimos un desastre estético en la cocina, ¡nos chupamos los dedos! Además estoy doblemente feliz ¡porque este es mi último mes en esta cocina infernal! Me vuelvo a casita y, además de todo lo bueno que eso conlleva, tendré mi batidora, mis especias, mis platos y todo lo demás (¡Yupiiii!).
1 queso Tommes Vaudoises redondo, 500 g
1 lámina de hojaldre
2 cucharadas de mentequilla
2 cucharadas de vino blanco
2 cucharaditas de miel líquida
2 cucharaditas de mostaza
Pimienta recién molida, a poder ser rosada
Sal
1. Lo primero de todo es poner el queso a marinar. Mezclamos bien el vino, la miel, la mostaza, sal y pimienta.
2. Pinchamos el queso varias veces con un tenedor para que se cuele el marinado. Lo dejamos marinar en el frigorífico en un recipiente tapado durante unas 3-4 horas si tenemos tiempo, sino, con 1 habrá que conformarse ;) Yo lo pinché tanto por arriba como por abajo.
3. Pasado el tiempo de marinado, cortamos el hojaldre suficiente para poner el queso sobre el hojaldre y que quede semi-envuelto. No queremos un pastel cerrado, el hojaldre se debe quedar en los bordes del queso, como si fuera una quiché.
4. Untamos el hojaldre con la mantequilla fundida (pero que no esté caliente), colocamos el queso en el centro y vamos cerrando los bordes con gracia. Salpimentamos.
5. Colocamos el pastel de queso sobre una lámina de papel para horno en una bandeja de horno e introducimos en el horno precalentado a 200º durante unos 10-12 minutos*.
* Eso si tenéis un horno que no de vergüenza como el cutre-mini-hornillo eléctrico que hay en mi cocina de alquiler. Si tenéis un horno como ese, ya sabéis que tenemos dos posiciones: crudo o quemado. Normalmente este horno lo hace todo crudo por dentro, y quemado por fuera. Por eso me armé de paciencia y lo horneé durante mucho más tiempo a una temperatura más baja, pero fue un desastre igual y, para cuando por fin se derritió el queso, se desbordó todo. La masa solo estaba medio cocinada después de media hora. En fin. Como decía, no hay dolor, porque de sabor estaba muy bueno y me queda nada y menos para irme a mi casa. Fotos no hay muchas porque al instalar Windows 10, varios programas del ordenador me empezaron a fallar y uno de ellos, que uso para firmar las fotos, me estropeó varias. Pero no pasa nada, queso queríamos y queso comimos.
6. ¡Y ya está! Solo queda servir y disfrutar mientras está caliente, ¡ya veréis qué rico! Nosotros nos lo comimos con una ensalada de canónigos, arándanos, almendras y tomatitos cherry y con un filete especiado.
¡Buen provecho!
¡Sígueme en facebook!
https://www.facebook.com/berguaricoysano
Bergua*