¿Torrijas tradicionales o de chocolate?
Pulsa aqui si las prefieres de chocolate: torrijas de chocolate.
Torrijas tradicionales
Pues sí, hace unas semanas que estamos en cuaresma y estos días, al menos por aquí por el sur, la llegada de la primavera se está notando con un sol que recuerda más al verano que a la época que estamos. Y en unos días se nos viene encima la Semana Santa y todo su barullo.
Lo que más me gusta de esta semana son, sin lugar a dudas, los olores que me traen un regusto a tradición, a buen tiempo, a salir a la calle, a gastronomía de toda la vida y a cervecita en las terrazas. Si paseas por Sevilla, que en primavera es espectacular para visitarla, no puedes dejar de percibir que sus calles huelen al azahar florecido de todos los naranjos que adornan la ciudad. En casa, en todas las casas, se preparan esos dulces típicos o esos guisos con bacalao que respetan la vigilia. El incienso se deja notar en la tarde, la noche y la madrugada cuando están en la calle las distintas cofradías del día.
Yo soy de las que piensa que la Semana Santa es algo más que una serie de manifestaciones religiosas, más allá de eso, están todas las tradiciones mantenidas a lo largo de los siglos... Y yo, si cierro los ojos y pienso en ella, casi puedo oler sus aromas.
Pues el postre de hoy, que publicaré en dos entradas, porque son dos o casi tres platos, llena de olores de cuaresma la casa y cuando lo preparé hace un par de días no pude menos que pensar en lo que decía antes, en lo bien que huele la Semana Santa.
Aquí, en ésta, os voy a explicar como hice las torrijas normales, las de vino y miel de toda la vida. Luego en la siguiente entrada os pongo unas que gustan más a los niños, las torrijas de chocolate en sus dos versiones, para alérgicos a la leche y para los que no son alérgicos. Pero bueno, hay que decir, que éstas tampoco llevan entre sus ingredientes la leche así que los intolerantes y los alérgicos están de suerte.
Los ingredientes son:
Vais a ver que sencillitas y qué rapido las preparamos. En un cazo calentamos el vino dulce, con una ramita de canela y unas tiras de piel de naranja que le den un poco de aroma. Hay quien echa más azúcar al vino pero a mi me parece que ya es dulce y que como además después le añadimos miel, al final corremos el riesgo de que nos queden demasiado empalagosas.
Cuando hierva lo sacamos y ponemos en el fuego una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra. Batimos un huevo y realizamos la siguiente operación:
1. Bañamos el pan de las torrijas por el vino aún templado que hemos preparado con la naranja y la canela.
2. Pasamos el pan por el huevo.
3. Freímos la torrija.
Hacemos esta misma operación con todas las rebanadas que queramos hacer. Cuando ya las tengamos fritas las reservamos en un plato y preparamos un almíbar de miel, calentando cuatro cucharadas colmadas de miel que rebajamos con un poco de agua.
Cuando tengamos ya el almíbar remojamos en el nuestras torrijas y ya las tendremos preparadas.
Dulce típico como el que más, pero con un bocado exquisito. ¿Te animas a prepararlas esta Semana Santa? Si lo haces, recordaras este blog cuando tu casa se llene del olor exquisito a torrijas.
Y aquí con las de chocolate: