Empezamos preparando unas papas panaderas. Para ello precalentamos el horno a 180ºC y preparamos una bandeja con papel de horno.
Pelamos las papas y las cortamos como más nos guste para la tortilla, en láminas o dados, pero en trozos no muy grandes para que se asen bien al horno.
Las pondremos en un bol junto con dos cucharadas de aceite, una de vino blanco, sal, pimienta y una cucharada pequeña de ajo en polvo, orégano y albahaca. Mezclamos todo bien hasta que las papas queden bien impregnadas con el aceite y las especias.
Las extendemos en la bandeja de horno bien separadas y las asamos durante 15 minutos, pasado el tiempo, las sacamos, las movemos bien y volvemos a poner al horno durante otros 10 minutos. Probaremos para comprobar que las papas estén bien cocinadas, de no ser así las pondremos más tiempo hasta que al pincharlas estén blanditas.
Batimos los huevos, le agregamos un poco de sal fina y un chorrito de leche. Incorporamos las papas y mezclamos bien. Preparamos una buena sartén antiadherente con una cucharadita de aceite y cuajamos la tortilla a nuestro gusto, a mi me gusta dejarla jugosa por dentro.
Al preparar las papas de esta manera evitamos usar tanto aceite y por tanto la tortilla será un poquito más sana.
Puedes usar tantas especias como quieras o prescindir por completo de ellas, al igual que del vino blanco.
También puedes asar unas verduras junto con las papas y luego mezclarlas con el huevo y hacer una tortilla más completa. Con cebolla, pimientos y tomates debe quedar especialmente buena.
Es cierto que de esta manera se tarda un poco más pero también puedes aprovechar y el día antes hacer por ejemplo, un pescado al horno y hacer papas de más para aprovecharlas al día siguiente.
A veces cuando uno quiere comer sano tiene que ser creativo y encontrar otras formas de cocción, ingredientes para sustituir o planificarse un poco. Espero que este truco les sirva para cuidarse un poquito más en el día a día, que a veces cuesta bastante.