Realmente he de confesaros que esta buena organización no ha sido por mi. Todavía no consigo preparar las recetas temáticas con tanta antelación a la fecha clave. Ya he aceptado que es un don con el que no nací, que le vamos a hacer... De echo puedo presentaros hoy esta tarta gracias a mi compi, que insistió en prepararla pese a que yo no estaba nada convencida del resultado y pensaba que iba a ser un auténtico desastre.
Pero como no era la primera vez que preparamos algo juntas, sé que al final suelen salir las cosas y acabo haciéndole caso. Es lo bueno de formar un buen equipo: ella busca las ideas más rocambolescas, yo busco como poder (más o menos) llevarlas a cabo, creamos un chirimiri de ideas (léase como lluvia de ideas multiplicado por un millón) y entre las dos acabamos preparando algo que más o menos se parece a nuestra idea original, por que a veces durante el proceso de preparación se nos va la mano y dejamos volar la imaginación...
En fin, que esta tarta la preparamos durante la semana-en-la-que-todo-se-me-juntó que os relaté hace unos días para una fiesta que organizaban los amigos de mi compi. Se querían reunir todos para pasar un buen rato, dar la bienvenida al otoño y celebrar algún que otro cumpleaños. Hubo votación de temas y acabaron empatando el otoño y halloween, así que los postres tenían que llevar un poquito de todo sin ser macabros por que también habría peques danzando por ahí.
Yo creo que lo resolvimos bastante bien ¿no? jejeje Al menos todos quedaron encantados con la presentación y el sabor les gustó mucho, pero claro, ¿quién se puede resistir al sabor de una tarta de zanahorias con crema de mascarpone en una fiesta otoñal?
Aunque creo que esta brujita ayudó mucho. Al menos a mi me robó el corazón por que ésta, señoras y señores ¡es mi primera muñeca modelada! Así que tratádmela con cuidado y no me la critiquéis mucho, que ya sé que la pose es un pelín rara jajaja.
Y lo bueno de esta tarta es que no necesitáis moldes ni nada especial, con un par de cuencos con molduras o flaneras grandes podéis preparar una calabaza de lo más resultona.
Ingredientes para el bizcocho
1 yogur natural sin azúcar
125 ml. de aceite de oliva
250 gr. de azúcar
375 gr. de harina
3 huevos
1 sobre de levadura
1/2 cucharada pequeña de jengibre
1/2 cucharada pequeña de nuez moscada
1 cucharada pequeña de canela
Colorante naranja en gel de Wilton
Ingredientes para el relleno y decoración
250 gr. de mascarpone
100 gr- de azúcar glass
Colorante naranja en gel de Wilton
Regaliz negro
Fondant de colores para los adornos
Preparación
Pon a precalentar el horno a 180ºC.
Engrasa los moldes con mantequilla o aceite y espolvorea un poco de harina hasta que quede todo bien cubierto. Reserva.
En un bol añade poco a poco todos los ingredientes del bizcocho y bátelos para que se integren bien y no queden grumos. Añade colorante alimenticio naranja para darle un tono parecido al de la calabaza y vuelve a batir hasta que toda la masa tenga un color uniforme. Divide la masa en dos partes y ponla en los moldes. Mételos en el horno durante 30- 40 min. aproximadamente, hasta que pinches el bizcocho con un palillo y éste salga limpio.
Deja reposar los bizcochos durante unos 15 min., sácalos del molde y ponlos sobre una rejilla para que se enfríen por completo. Una vez fríos, envuélvelos con papel film y mételos en la nevera como mínimo un par de horas para que el bizcocho se asiente y endurezca un poco.
Para preparar el relleno, simplemente tienes que batir el mascarpone con la cantidad de azúcar glass que te guste y un poco de colorante naranja. Cuando ya esté todo bien mezclado, mételo en la nevera hasta que sea el momento de usarlo.
Y ya solo queda montar la tarta, que es de lo más sencillo.
Si los bizcochos no te han quedado rectos, puedes nivelarlos un poco para que la calabaza no quede muy torcida, aunque no es imprescindible ya que con el relleno podrás recolocar las piezas.
Cubre la base donde lo vayas a presentar para que no se manche, pon uno de los bizcochos encima, con la parte más estrecha sobre la base, y cubre la parte de arriba con el relleno de mascarpone que preparaste.
Pon encima el otro bizcocho al revés, poniendo la parte más ancha sobre el relleno. Haz un pequeño hueco redondeado quitando más o menos medio dedo de bizcocho en la parte superior para que parezca la hendidura que tiene la zona del pedúnculo y ya tienes la base de tu calabaza. Fácil ¿verdad?
Con un poco de fondant negro moldea la forma de un pedúnculo, ponle un palillo en la parte inferior y colócalo en el centro del hueco que acabas de realizar sin clavarlo del todo, ya que necesitarás un pequeño hueco para colocar el regaliz. Aunque en la foto lo veáis marrón, al final lo cambiamos por el negro ;).
Desenrolla las espirales de regaliz y separa las tiras hasta que te quede un cordel finito. Coloca un extremo bajo la tarta para que el regaliz quede enganchado y no se mueva y, a través de una de las hendiduras, súbelo hasta el pedúnculo. Dale una vuelta en el palillo para que no se caiga o, si es lo suficientemente largo, bájalo por otra hendidura en el lado contrario y vuelve a agarrar este extremo con la tarta. Repite este paso hasta que todos los huecos verticales de la calabaza tengan un regaliz y asegura el pedúnculo clavándolo un poco más en el bizcocho.
Para decorar también puedes dejar un par de regalices sueltos y enrollarlos un poco como las dos que aparecen en la foto.
Por último, con fondant puedes realizar el resto de decoraciones: unas grandes hojas para la calabaza, una brujita, unas mini-calabazas... cualquier cosa sirve en Halloween!! ;)