En realidad la receta no es de mi abuela, porque ella las hacía más caldosas, pero me recuerda un poco a eso: a la cocina de las abuelas, tradicional, de toda la vida... Así que es como una especie de homenaje a esas raíces que todos tenemos, porque ahí es donde solemos dar nuestros primeros pasos en la cocina, viendo esas recetas de madres y abuelas que nos encantan y que están para mojar pan y repetir...
Y esta receta no es la primera vez que la hago pero sí la primera vez que me sale tan rica, de hecho, el pingüino me dijo que eran las mejores albóndigas que había probado nunca (lagrimita ready to fall...), y eso que no son de ternera (ya sabéis que no como carnes de mamíferos), pero quedan muy jugosas gracias al pan mojado en leche...
Si queréis ver otra receta de albóndigas con salsa de verduras, os invito a que veáis mi primer libro de cocina: Saki Recetas, disponible en Amazon tanto en tapa dura como en kindle. Además ahí encontraréis mi famosa receta del "Chocopollo" y el "Curramen", con unas breves líneas de lo que significan para mí esas recetas...
Comprar en Amazon
Ahora sí, os dejo con la receta que he hecho esta última vez:
Ingredientes:
- 500 gramos de carne picada (pollo, ternera, cerdo, mixta... al gusto)
- 1 huevo L
- Sal y pimienta al gusto
- 1 rebanada de pan de molde mojada en leche
- 1 cucharadita de salsa Worcestershire (opcional)
- 1 cucharada de especias para pollo (al gusto)
- Pan rallado (cantidad suficiente)
- Harina para rebozar
- Aceite para freír
- Aceite de oliva
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla grande
- 1 cucharadita de pulpa de pimiento choricero
- 1 vasito de vino tinto
- 500 ml de caldo de pollo o carne
Elaboración:
1. Empezamos preparando las albóndigas, para ello, ponemos en un bol amplio la carne picada y le añadimos sal y pimienta al gusto, la salsa worcester (opcional), el pan mojado en trocitos, la mezcla de especias que queramos y el huevo y mezclamos todo bien.
2. Ahora iremos añadiendo el pan rallado poco a poco, la cantidad va a ir a ojo, hasta que tengamos una masa que podamos modelar pero que se pegue ligeramente a las manos, ya que si nos pasamos con el pan rallado nos quedará un mazacote seco y no queremos eso.
3. Formamos las bolitas y las pasamos por harina, sacudiendo el exceso. Cuando las tengamos formadas, las marcamos en una sartén con aceite, pero no las freímos del todo, tienen que quedar sin hacer por el centro, sólo las freímos ligeramente, y las sacamos a una fuente con papel absorbente para que recoja el exceso de aceite.
4. Fritas las albóndigas, pasamos a hacer la salsa, para ello, en una sartén con aceite de oliva (el suficiente para cubrir el fondo), echamos los ajos troceados y cuando se empiecen a dorar, añadimos la cebolla troceada (el tamaño da igual, ya que después lo trituraremos). Salamos al gusto y dejamos hacer hasta que transparente.
5. Cuando la cebolla esté pochada, añadimos la cucharadita de pimiento choricero (también podría ser ñora, pero si no tenemos ninguna, podemos poner pimentón). Removemos bien y agregamos el vino tinto.
6. Subimos el fuego para que se evapore el alcohol y añadimos el caldo. Dejamos cocer unos minutos y lo trituramos bien. Añadimos las albóndigas y lo dejaremos reducir hasta que nos quede una salsa espesita. Lo comprobaremos de sal y listo.
7. Podemos acompañarlo de unas buenas patatuelas como estas con eneldo o esta versión francesa de mi madre.