Sin ella no era nadie
Había deseado tanto ser un escritor reconocido. Y lo fui durante dos años
Un único libro consiguió alzarme a lo más alto, catapultarme entre los mejores escritores, en las listas más vendidas, entre los libros más recomendados y leídos
Y después nada. Así sin más. Nada
Cuando me puse a trabajar sobre mi siguiente obra, tuve un bloqueo mental y nada salía de mi cabeza
Pensé que sería algo pasajero, algo fácil de solucionar
Mi agente y toda la editorial, esperaba el siguiente best seller como agua de mayo. Y no llegó
Tuve que vender el fabuloso apartamento que había comprado en el centro de la ciudad, vender mi coche y pasar a vivir en el extrarradio, en un piso de alquiler que a duras penas podía pagar
Los adelantos de dinero es lo que tienen. Si no cumples, te ponen por delante el contrato que firmaste henchido de valentía y creyéndote invencible. Y cuando llega la peor de las realidades, te dan una patada en el culo y te dicen que fue bonito mientras duró y que pase el siguiente
El siguiente no eres tú, ya no tienes que ofrecerles
Mientras me lamentaba de mi mala suerte, escondiéndome del mundo, descubrí dos cosas
Una, que las musas tal vez existieran y yo las había menospreciado y dos, aprendí a cocinar
La cocina era lo único que me sacaba de encima la nube negra
Siempre había sido un pésimo cocinero. Del huevo frito y de hervir pasta, no había pasado
A cambiar eso me ayudó mi madre. En sus intentos por sacarme del pozo en el que me encontraba, me traía cada semana una cesta llena de táperes
Hasta que un día me dijo que no podía con tanto peso y que a partir de ese momento haría la compra para mi, cerca del mercado donde vivía yo, que ya tenía bastante con los dos transbordos de metro que debía hacer cargada. Y que me espabilara cocinando
Ella elegía la compra de la semana y yo no rechistaba. Todo lo que me traía me parecía bien
Entre las recetas que ella me cantaba y las que encontraba navegando por internet, me pasaba horas en la cocina o bien buscando recetas cada vez más elaboradas
Así logró también sacarme de casa para acompañarla a hacer la compra
Todo fue de una manera natural, ella me conocía bien y sabía que no debía forzarme a nada, su dedicación y constancia, haría su trabajo
Cuando caí en la cuenta que cocinar me hacía la vida más ligera y me vaciaba la cabeza de todo lo innecesario, me sumergí en ello
Dos sartenes, dos cazuelas y el horno, eso fue todo lo que necesitaba
Me aficioné tanto, que acabé hablando de cocina con todo el mundo
Mientras decidía qué hacer con mi vida, la cocina se convirtió en mi hobby y en mi salvación
De aquellos momentos de tan desesperantes, ha pasado un año
Para mi fue un paso lógico tener mi propio blog y más tarde un canal de vídeos de recetas
Ahora tengo miles de seguidores
Tampoco tardaron mucho en contactarme para hacer televisión teniendo mi propio espacio de media hora. Nada atrae más que el renacer de un fracasado
En poco menos de un mes, sale a la venta mi primer libro de cocina
No tengo pretensiones. No descubro nada nuevo
Mis recetas son sencillas y resultonas. Yo que yo hago ya lo han hecho otros
Mi diferencia es que acompaño las recetas con pequeñas historias que aún se me ocurren
Esto me regala pequeñas alegrías. Ya he superado por completo mi fracaso
Con esto de la cocina, no buscaba ni el éxito ni el reconocimiento
Mis madres y sus amigas están entusiasmadas, mucho más que yo
Con esto no quiero decir que no me alegre
Yo quiero tener los pies bien afianzados en el suelo y sobre todo que las musas me guíen siempre y me acompañen
No es fácil. Mi antigua editorial anda rondándome. En las comidas con ellos, les agoto a base de hablarles de recetas y más recetas
No es fácil mantener la cabeza fría
PD Segunda parte del relato que acompaña la receta de Guiso de sepia con alcachofas y champiñones
Relato dedicado a Humi Mazon Mencia por la idea
INGREDIENTES
3 huevos
1 yogur natural
200 g de azúcar
125 ml de aceite de oliva
220 g de harina integral
1 sobre de levadura
4 cucharadas de copos de avena
2 manzanas
2 naranjas
Para el glaseado
Azúcar glas
Leche
ELABORACIÓN
Pelar las manzanas, quitar el corazón y triturarlas o rallarlas
Rallar la piel de las naranjas
En un bol batir los huevos y el azúcar
Añadir el yogur y el aceite
Batir
Añadir la harina tamizada y la levadura
Batir
Añadir los copos de avena, la manzana y la ralladura de naranja
Remover hasta integrar con una espátula con movimientos envolventes
Precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo
Preparar un molde rectangular pulverizando con spray desmoldante
Colocar papel horno
Verter la masa en el molde
Hornear unos 45
Dependerá del horno de cada uno
Antes de desmoldar, hacer con un cuchillo hacer unos hendiduras en el bizcocho
Verter por encima un poco del zumo de naranja, dejar que absorba
Cuando el bizcocho esté tibio, hacer una mezcla de azúcar glas con un poco de leche hasta conseguir un glaseado al gusto
Verter el glaseado por encima
Receta adaptada de la revista Postres Lecturas nº 27 pág.141