Que el jengibre me encanta, ya lo he contado por aquí. No sé, creo que tengo la habilidad de saber lo que a mi cuerpo le viene bién. No es una certeza, es como un sentimiento especial de que sabes que tu organismo necesita esto o aquello y de saber, en ciertos momentos, de que tu cuerpo está "con carencia de algo" y te lo pide a gritos. Seguro que en más de una ocasión habeis tenido la sensación de que necesitais comer algo dulce, y aunque sea tomando solamente una cucharadita de mermelada ya el cuerpo se acalla.
Estoy convencida de que nuestra salud depende, en gran medida, de lo que comemos y que modificando nuestra dieta, añadiendo y quitando algunos alimentos, podemos contribuir a sentirnos mejor.
El jenjibre es un rizoma, es decir, la raiz de una planta. Muy popular en Asia y un elemento básico en la medicina tradicional china. Entre sus propiedades destaca que es un antiinflamatorio natural que ayuda a combatir la artrosis (dolores articulares) y los dolores reumáticos, muy bueno para solucionar problemas digestivos (la cocina Thai y la China lo utilizan en muchos de sus platos), es un antidepresivo natural (mejor echarle jengibre a las comidas que tomar pastillas) y además, es un potente afrodisíaco natural que estimula la líbido (sobre todo en las mujeres). Estas son algunas de sus propiedades, pero tiene más.
Es mucho mejor consumirlo fresco, dura mucho tiempo en la nevera, pero además se puede congelar perfectamente (sin pelar y cortado en trozos)
Le he añadido al bizcocho jengibre cristalizado picado a trocitos. El jengibre cristalizado se encuentra, a veces, en Lidl, cuando ponen ofertas en productos asiáticos. Lo ponen como un "snack".
También puedes encontrar jengibre cristalizado en muchas herboristerías.
El resultado es un delicioso bizcocho de naranja, con el toque picantillo del jengibre y cubierto de chocolate.
Una bomba llena de sabores y totalmente antidepresiva.
Ingredientes:
300 gr. de harina de repostería
180 gr. de azúcar
1 sobre de levadura tipo Royal (15 gr.)
120 ml. de aceite
3 huevos
1 naranja
50 gr. de raiz de genjibre pelada y rallada
50 gr. de piel de naranja confitada picada
50 gr. de jengibre cristalizado picado
Cobertura:
100 gr. de chocolate fondant
50 gr. de margarina
1 cucharada de azúcar glass
Elaboración:
Mezclamos en un recipiente la harina y la levadura y la pasamos por un tamiz, añadimos una pizca de sal, la naranja confitada y el jengibre cristalizado. Mezclamos.
Pelamos y rallamos la raiz de jengibre. Rallamos la piel de la naranja y exprimimos el zumo. Reservamos
Con las varillas eléctricas, batimos el azúcar y los huevos hasta que estén espumosos y doblen el volumen.
Agregamos el zumo de naranja y la ralladura de jenjibre y naranja, el yogur y el aceite. Mezclamos bién.
Juntamos todo y mezclamos con una espátula. Lo volcamos en un molde alargado tipo cake, engrasado y enharinado. Horneamos durante 30 minutos a horno precalentado a 180º
Ponemos todos los ingredientes de la cobertura en un cuenco y metemos en el microondas a máxima potencia durante 40 segundos. Mezclamos todo bién hasta que el chocolate esté deshecho.
Desmoldamos el bizcocho, lo dejamos que se enfríe un poco y lo cubrimos con la cobertura de chocolate.
Adornamos con virutas o lascas de chocolate.
Si tienes la Thermomix, puedes hacerlo de esta manera:
Echa en el vaso el azúcar, la naranja troceada con la piel, el jengibre pelado y troceado y los huevos. Tritura unos segundos a velocidad 6 1/2 y luego programa 4 minutos, 40º y velocidad 4. Cuando finalice, añadir el yogur y el aceite, mezclar en velocidad 4.
Juntar este batido con el contenido del recipiente de la harina y seguir con el resto de la receta.