No podía ser que un bizcocho tan simple y tan bueno no estuviera por aquí. En casa solemos prepararlo muy a menudo. De hecho, fue a raíz de este bizcocho que empezó mi afición por la repostería. Recuerdo cuando de pequeña, en casa de mis abuelos, mi abuela lo preparaba y lo hacía en un molde de esos con agujero en medio y después lo hacía en el fuego. Nada de horno. Y es que quedaba taaan bueno. Estoy segura que en muchos hogares lo preparáis, y es que es una receta que nunca falla. ¿Lo mejor de todo? Que ensuciaremos muy poquitas cosas y que no necesitaremos báscula. Suena bien, ¿verdad? Pues aquí tenéis la receta
INGREDIENTES (usaremos como medida el envase del yogur):
1 yogur natural sin azúcar
3 huevos L
1 medida de aceite
2 medidas de azúcar
3 medidas de harina
1 sobre de levadura
Ralladura de un limón
ELABORACIÓN:
Lo primero que tenemos que hacer es vaciar el contenido del yogur en un vaso. Reservamos y limpiamos el envase.
En un cuenco, ponemos los huevos junto al azúcar y batimos hasta que blanqueen. Es decir, tienen que doblar su volumen y coger un color blanquecino. Después, y sin dejar de batir, añadimos el yogur y el aceite. Cuando esté todo integrado, añadimos la harina junto a la levadura tamizandolo previamente. Seguimos batiendo, pero a la mínima velocidad que nos permita nuestra batidora y justo hasta que no veamos partículas de harina. Añadimos la ralladura del limón y mezclamos un poco. Ya tenemos la masa del bizcocho lista.
Horneamos con el horno precalentado a 170° durante unos 40′. Una vez veamos que, al pincharlo, el palillo sale limpio, ya lo tendríamos listo. Dejamos enfriar sobre una rejilla durante 10 minutos y después lo desmoldamos. De esta manera no cogerá humedad. Volvemos a llevar a la rejilla y dejamos enfriar por completo. ¡Y listo!
¡Mirad qué interior!
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¡Un besote!
Rocio