Pues sí, parece que, por fin, el Otoño ha llegado y con él, el frío. Yo lo celebro, la verdad es que no me gusta nada pasar calor en Noviembre y en los últimos años lo hemos sufrido hasta este mes. A mi lo que de verdad me gusta en esta época del año es el poder refugiarme en casa mientras fuera llueve. Poder acomodarme tranquilamente en el sofá con mantita incluída, a leer un buen libro o para ver una peli entretenida. ¿Y qué me decís del sonido de la lluvia y el viento golpeando los cristales por la noche, cuando un@ ya está en la cama? Eso me encanta... Otra estupenda excusa para quedarse en casa en las largas tardes del Otoño-Invierno, es la de encender el horno para improvisar "algo rico"... Lo que sea, sólo por el placer de hornear, de ver tomar forma a eso que tienes en la cabeza... ¡Qué gustazo!
Y así, poco a poco van transcurriendo los días y las semanas, y casi sin querer, la Navidad ya está como quien dice, a la vuelta de la esquina.
Pero detengámonos un momento y disfrutemos de lo que todavía nos queda de Noviembre y lo mucho que todavía puede dar de sí este mes. Es en esta época cuando se celebran pequeñas fiestas en los coles, en las asociaciones de vecinos y en otros mucho sitios en donde la reina absoluta es la castaña. Se encienden hogueras para asarlas y se acompañan, según los diferentes lugares o regiones, con vino caliente o por ejemplo como hacemos en mi tierra, en Galicia, con orujo, licor de hierbas o de café e incluso, queimada. También se pueden acompañar de dulces de la época, hechos con productos de temporada. Una delicia, vamos... A esta fiesta la denominamos, el Magosto.
En el cole de mi peque, el Magosto se celebra hoy. Y cada año, entre tod@s l@s padres y madres, realizamos un pequeño concurso de Dulces de Otoño. Así que ni corta ni perezosa me he dispuesto esta noche para hornear un bizcocho con calabaza y ¡cómo no!, también con Jengibre. Este bizcocho del que os hablo, es una auténtica delicia que, para mi gusto, no tiene nada que enviarle al Bundt, y ¡mira que me gustan los Bundts!. La calabaza le aporta esa textura tan jugosa y fresca, como ningún otro ingrediente le puede aportar. Y el Jengibre y la Canela, ese toque exótico de las especias. Y no se queda ahí la cosa, porque este bizcocho lleva también una cobertura de gelatina de queso crema que lo hace aún más irresistible. Os dejo la receta y veréis que resulta muy fácil de preparar y que lo único que os puede dar un poquito de trabajo, es la elaboración del puré de calabaza.
INGREDIENTES:
400 gr. de puré de calabaza.
20 gr. de Jengibre fresco. (Se puede utilizar también en polvo).
4 huevos (yo los usé L)
200 gr. de azúcar.
180 gr. de harina.
100 ml. de nata (crema de leche) para montar.
60 ml. de aceite de girasol.
1 sobre de levadura,
1 cucharadita rasa de Canela.
1 cucharadita rasa de sal.
PARA LA COBERTURA:
100 gramos de queso crema. (Tipo Philadelphia).
100 ml. de agua.
2 cucharadas de azúcar.
1 una cucharadita de gelatina neutra en polvo.
En este punto, os apunto que este bizcocho se puede "emborrachar", añadiendo 50 ml. de vino dulce o Pedro Ximénez. En este caso, no lo utilicé porque el bizcocho va a ser zampado casi en su totalidad por niñ@s.
PREPARACIÓN:
Cortamos en dados la carne de calabaza. Colocamos en un plato y tapamos con papel film. Introducimos en el microondas, durante dos períodos de cinco minutos a máxima potencia. Comprobamos con un palillo que la carne está blanda. Si no fuera así, tapamos de nuevo con papel film y le introducimos en el microondas otros cinco minutos más.
Sacamos la calabaza del microondas. Pinchamos el papel film y dejamos templar.
Mientras en un cuenco grande batimos los huevos con el azúcar y la nata (crema de leche).
Pelamos el jengibre fresco y lo colocamos en el vaso de la batidora con la calabaza, la cucharadita de canela, la de sal y el aceite de girasol. Trituramos muy bien y lo añadimos a la mezcla anterior.
Añadimos la harina y la levadura, mezclamos.
Si utilizamos un molde de cake, de los alargados, colocamos papel de horno sobre el molde de Cakes, y vertemos la masa del bizcocho. Yo, en esta ocasión, lo hice con el molde de Nordic Ware
Horneamos durante 45 minutos a 170º, con el horno previamente precalentado.
Comprobamos que el bizcocho está hecho. Sacamos y dejamos templar en el mismo molde.
Mientras, preparamos la cobertura. Para ello ponemos a calentar el agua con el azúcar y el vino, si es que se lo vais a añadir. Yo en esta ocasión, no lo utilicé porque el bizcocho lo van a comer niños. Cuando empiece a cocer añadimos el queso y la gelatina. Mezclamos bien, dejamos al fuego un minuto más y retiramos.
Dejamos templar unos minutos.
Desmoldamos el bizcocho de calabaza y jengibre y cubrimos con la cobertura.
Guardamos en la nevera hasta el momento de servirlo.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que, si probáis a hacerlo, lo disfrutéis mucho.
Un saludo para tod@s,
Ya con la cobertura de gelatina de queso crema.