Intentaba quitarse los recuerdos de la cabeza pero no podía
El alcohol era con lo único que conseguía atenuarlos. No volver a su infancia
¿Su infancia? Aquello no podía haber sido su infancia. Ella no había tenido nada parecido a una infancia
No conocía a su padre. Cualquiera de los hombres que frecuentaban a su madre podría haber sido su padre
No recordaba ni un solo beso o abrazo de su madre y cuando se acercaba solo olía a alcohol y sudor
Lo único que había sentido por su madre era miedo, más tarde repulsa y después solo odio
Bebe otro trago largo para diluir esos pensamientos, ya están otra vez en su cabeza
La primera vez que ocurrió tendría unos diez años, tal vez once
Su madre le dijo que se fuera acostumbrando, que ella no podía mantenerlas a las dos. necesitaban comer, vestirse y calentarse durante el invierno en aquel pueblucho de mierda. Eso le dijo
Diez años. Ella no entendía. No quería entender. Solo quería que alguien la protegiera. Pero su madre le decía que aquello era lo normal
Su madre la prostituyó igual que se prostituía ella. En eso era en lo que no quería pensar
Más alcohol. Alcohol para sonreír. Alcohol para olvidar. Alcohol para seguir adelante. Alcohol para no gritar
Siguió haciendo lo único que le habían enseñado a hacer
Pensó que la gran ciudad la libraría de ciertas cosas. Pero su madre ya le advirtió: "lo llevas en la sangre"
Limpiar casas y escaleras no la salvó. Casarse y tener hijos tampoco
Su madre no se equivocaba, pero ella le añadió el alcohol para compensar
Para creer que lo hacía por gusto y no por necesidad. Para creer que no le importaba, que era normal
Cuando su marido se largó fue lo mejor, una boca inútil menos que alimentar y una mano demasiado larga
Limpiar, prostituirse y beber para compensar
Ahora tiene sesenta años
Ahora solo puede beber aunque sabe que eso la matará. A punto a estado varias veces de conseguirlo. De huir de sus pensamientos
Ya no siente ni vergüenza de que todo el mundo conozca su vida
¡Si ella hablara de algunos de sus buenos vecinos! Y se ríe
¿Cómo se creen las buenas vecinas que ha mantenido tres hijos limpiando escaleras y sin ayuda?
¡Hipócritas!
Y vuelve a coger la botella con manos temblorosas
Su madre está otra vez en sus pensamientos
Pena y odio. Eso es lo que trata de dejar atrás
INGREDIENTES
200 g de harina
1 cucharadita de levadura
3 huevos
80 ml de aceite de oliva
150 ml de leche
1 chorizo (cantidad al gusto)
6 piezas de tomates secos(los míos en aceite del Lidl)
100 g de queso manchego
100 de aceitunas sin hueso
Romero
Sal
Pimienta
ELABORACIÓN
Si los tomates son secos, hidratar durante 20 en agua
Escurrir y secar
Cortar los tomates en trocitos
Cortar las aceitunas en dos
Cortar los quesos en cuadraditos
Quitar la piel al chorizo y cortar en trocitos
Tamizar la harina y la levadura
En un bol, batir los huevos
Añadir la leche y el aceite
Volver a batir
Añadir la harina y la levadura
Batir hasta conseguir una masa sin grumos
Salpimentar
Mezclar
Añadir romero
Añadir el chorizo, las aceitunas, el queso y los tomates
Mezclar
Verter la masa en el molde elegido
Colocar el molde en la cubeta
Menú Horno 40 con válvula + tapa abierta (clicar en este enlace para ver el vídeo Menú Horno y el pitorro misterioso)
Tapa Horno durante unos minutos para dorar al gusto
Receta adaptada de Saboreando en colores
Consejos de La Farsa
*Si sale error E3, falta de líquido, no os preocupéis. Cancelar durante 2-3 minutos y volver a programar
Además de muy sabroso, súper esponjoso
He utilizado un molde redondo de aluminio y dentro de este he colocado un molde de papel para hacer bizcochos que compré en Edimburgo. Son perfectos ya que no necesitan nada para desmoldar. Me consta que los podéis encontrar en Amazon