A veces me asombro de todo lo que han cambiado las cosas. El otro día una simple canción, me llevó casi 10 años atrás. Uno de los mejores. Me encontré en Gijón, rodeada de un montón de personas que marcaron mi vida. Personas que he querido con todo el alma. Con muchas ya ni siquiera tengo contacto, sin embargo, entre todos ellas estaban dos asturianas que se convirtieron en mis mejores amigas. Siempre están ahí, para todo. Escucharnos, criticarnos, emborracharnos, reírnos como si no hubiese un mañana o todo al mismo tiempo, cuando nos echamos de menos, nos necesitamos o porque sí.
Aquel que os diga que sus años de universidad no fueron de los mejores, miente. Las preocupaciones no eran ni parecidas. Recuerdo levantarme a las seis de la mañana para peinarme y mirarme mil veces en el espejo antes de salir de casa. Ahora, apuro hasta el último minuto para remolonear en la cama y me planto un moño en la cabeza que asustaría hasta a la más maruja del barrio. Todo era nuevo. No importaba llegar a fin de mes, porque en casa estaba to? pagao y si hacía falta tus amigos reunían dinero para que salieses con ellos el sábado (esto también pasa ahora). Cualquier momento era bueno para soltar una carcajada.
Me he dado cuenta, que cuando la gente se hace mayor se olvida de estos pequeños instantes. También tengo que reconocer que ahora valoro cosas que antes ni siquiera sabía que existían. Así que he decidido hacer de este 2014 un nueva época de mi vida, unir la alegría de los años universitarios con las personas y los momentos especiales del presente. Voy a hacer de éstos los mejores años de mi vida y, si alguna vez pienso que lo que dejamos atrás fue mejor, sé que aparecerán fines de semana como el pasado para recordarme que lo mejor está todavía por llegar. La receta de hoy es un claro reflejo de esta filosofía: la pasta de siempre con un toque muy especial.
Ingredientes...
500g. de pasta (la que más os guste).
2 latas de tomate triturado (400g. cada una).
1 lata de aceitunas negras (aprox. 20 unidades).
10- 12 mini bolitas de mozzarella.
1 cebolla.
1 diente de ajo.
2 cucharadas de aceite de oliva.
1 pizca de azúcar.
Albahaca (si es fresca mucho mejor), sal y pimienta negra al gusto.
Con las manos en la masa...
Comenzamos cociendo la pasta en una olla con el agua hirviendo. Seguid las instrucciones del paquete para que quede perfecta. Tiene que quedar al dente.
Mientras tanto, en una sarten, pochamos la cebolla y el ajo en el aceite de oliva. A continuación, incorporamos el tomate triturado y dejamos cocinar a fuego lento durante, aproximadamente, 5 minutos.
Incorporamos las aceitunas, la albahaca, sal, pimienta y la pizca de azúcar. Removemos bien. Finalmente añadimos la pasta, previamente escurrida, y las bolas de mozzarella a la sartén. Servimos y ¡a disfrutar!