Sabéis que su nombre común proviene de un vocablo de las Lenguas drávidas de la India, de donde es nativa la especie, pasó al persa, al árabe, y de ahí al español, dicho vocablo árabe es el origen de todos los nombres comunes de la planta en Europa.
Llevada por los comerciantes árabes pasó al norte de África y más tarde en la Edad Media entró a Europa por la España musulmana donde se extendió su cultivo por los países cálidos del Mediterráneo. Durante los primeros siglos de su entrada en Europa, existió la creencia que su consumo provocaba múltiples enfermedades, por lo que la planta fue utilizada durante muchos tiempo como un adorno decorativo y exótico y no como un alimento, debido al desconocimiento de como tratar culinariamente a la berenjena o utilizar especies no comestibles causó problemas digestivos creándose una mala fama.
El famoso botánico sueco Carlos Linneo le puso su actual nombre científico Solanun melongena.
Conservación del fruto debe ser en un lugar refrigerado, hasta su utilización y debe consumirse lo más pronto posible ( poco más de 10 días) por que le empiezan a salir manchas pardas y empieza amarga, pero existen los escabechados que permiten prolongar este periodo por un año muy popular en la cocina española.
Su valor energético y nutritivo es pequeño comparado con otros frutos, verduras o hortalizas. Contiene escasas vitaminas, hidrocarbonos, proteínas y minerales, su mayor componente el agua. El mineral más abundante el potasio y en cantidades más bajas el hierro,fósforo, calcio, magnesio. Su contenido calórico es casi inestistente. Algunas personas sensibles a las sustancias que contiene, les pueden provocar reacciones alérgicas y dolores de cabeza.
Medicinal ciertos pigmentos de la piel de la berenjena tienen propiedades antioxidantes por lo que se recomienda en enfermedades cardiovasculares, degenerativas y cáncer. Ayuda a reducir el colesterol y a prevenir la arteriosclerosis, también reduce los niveles de glicemia en los diabéticos. La pasta del fruto machacado, se utiliza como bálsamo aplicado a la piel quemada por el sol.
En la cocina siempre debe utilizarse cocinada, nunca cruda. La berenjena es un producto muy apreciado por diferentes culturas y muchas naciones tienen un plato típico. En España los catalanes tienen la Sanfaina, La Escalivada o el Especant. Los italianos tienen la Caponata, los griegos la Mousaka, los turcos Iman Bayildi.
Si se desea freírla, se recomienda sumergir los trozos de berenjenas en agua con sal durante 24 horas, más que nada por que con esta solución salina, al estar saturada de agua, absorberá menos aceite.
Con esta receta participio en el Reto Septiembre de Cocineros del Mundo en el apartado de Salado. Si queréis votar me pinchar en el enlace.
Además este mes está patrocinado por uno de los miembros de la comunidad, La Casona de Salamanca, que quiere entregar al ganador un delicioso premio, para celebrar con nosotros el estreno de su nueva Web.
INGREDIENTES:
1 kg de bonito
1 berenjena
1 c/s de alcaparras
El zumo de medio limón
Aceite de oliva virgen extra
Sal
ELABORACIÓN PASO A PASO :
Esta receta hace mucho tiempo que la tenia en pendiente, la vi en el blog de El pucherete de Mari
su versión con las berenjenas es a la plancha, mucho más sana, pero comparto mi versión, por si queréis probarlas fritas y con mermelada de tomates verdes y darle un capricho al paladar.
Lavamos la berenjenas y cortamos en rodajas de 1 cm de grosor, las untamos con medio limón para que no se nos pongan negras y salamos.
Las pasamos por pan rayado y a continuación las vamos friendo en una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando empiecen a dorar las retiramos y las colocamos en una fuente con papel absorbente, reservar.
Mientras vamos haciendo las berenjenas, en otra sartén, freímos el bonito un par de minutos por cada lado, hasta que tome color para que se quede jugoso por dentro y lo colocamos en una bandeja con papel de cocina para que absorba el aceite.
Preparamos el aliño con el zumo de medio limón, una cucharada sopera de alcaparras y un chorito de aceite de oliva virgen extra disponemos sobre el bonito, cogemos la mermelada de tomates verdes y vamos untando las berenjenas que estarán crujientes y montamos el plato.
Espero que os guste, la mezcla de sabores es genial, ya que la textura de las berenjenas al quedarse tan crujientes resulta muy apetecible junto con el pescado y el aliño.
http://lasrecetasdemariantonia.blogspot.com