Continuando con recetas propias de Semana Santa no podían faltar los buñuelos de bacalao, al igual que las torrijas en mi casa eran un clásico presente siempre en éstas fechas. Aunque ya tengo publicada otra receta de buñuelos , en ésta ocasión he preparado éstos mas parecidos a los que hacía mi madre y por los que como todo lo que hacía ella, guardo con una cariño especial.
En la foto cazo de cobre De Buyer que encontraréis en Claudi&Julia
Aunque los buñuelos de bacalao está muy extendida en los países del Mediterráneo además de en España, como Portugal, Francia e Italia, las primeras referencias son de un oficial portugués, hablan refiriéndose a ellos como pastéis o bolinhos de bacalhau,
En España hay una leyenda que atribuye el origen de los buñuelos de bacalao al sitio que sufrió Sevilla, durante el asedio del rey Fernando III en el siglo XIII, esto hizo que los alimentos escasearan y que los sitiados echaran manos a los cargamentos de bacalao y harina almacenados en el puerto fluvial del Guadalquivir, los cuales después de aderezarlos y freírlos sirvió para alimentar a la población durante este tiempo, aunque no hay nada que sostenga ésta teoría.
En las fotos sartén Cosmos de MONIX
BUÑUELOS DE BACALAO
Ingredientes:
200 g. Bacalao
2 Huevos
2 Dientes de ajo
Azafrán
100 g. Harina
1 Cucharadita de levadura
1/2 Cucharadita de bicarbonato
100 g. Agua
SalAceite de oliva
Elaboración:
Ponemos a remojo el bacalao dependiendo de la parte elegida durante mas o menos días, también podemos utilizar una ya desalado, que nos facilitará ésta labor. Retiramos la piel y las espinas y desmenuzamos según os gusten mas o menos pequeño.
Picamos los ajos y el perejil muy fino y mezclamos con el bacalao reservado. Separamos las yemas de las claras. Batimos ligeramente las yemas y montamos las claras a punto de nieve.
Añadimos las yemas y el agua al bacalao. Mezclamos la harina con la levadura y el bicarbonato y lo añadimos al conjunto anterior, removiendo hasta conseguir un conjunto homogéneo. Incorporamos el azafrán y por último las claras a punto de nieve con movimientos suaves y envolventes de abajo arriba y hacia el centro hasta que quede una masa cremosa y ligera.
Dejamos reposar mientras calentamos abundante aceite en una sartén , Con dos cucharitas cogemos pequeñas porciones de la masa y freímos en aceite caliente, ellos mismos se darán la vuelta y continuaremos hasta que se doren.
Sacamos a una bandeja sobre que previamente habremos puesto papel absorbente para retirar el exceso de aceite y servimos inmediatamente.