El relleno es sencillísimo, solo tiene dos ingredientes. Ah! si vivís lejos de Salamanca no encontraréis el farinato fácilmente así que podéis sustituirlo por sobrasada o chorizo poco curado.
Ingredientes:
125 gr. de manteca.
1 huevo.
125 ml. de agua.
15 gr. de levadura fresca.
500 gr. de harina.
pizca de sal.
3 cebollas.
farinato.
aceite y sal y pimienta.
Ponemos en un bol la manteca derretida y el huevo batido. Mezclamos un poco con una cuchara de madera.
Añadimos el agua en la que habremos disuelto la levadura y seguimos mezclando con la cuchara de madera.
Agregamos por último la harina y una pizca de sal y removemos primero con la cuchara de madera y con la mano al final.
Debe quedar una masa más bien floja.
Estiramos bien esa masa en la bandeja del horno, previamente forrada con papel de hornear, dejándola con medio centímetro de grosor y la pincelamos con una pizca de aceite o ayudándonos de un spray.
Limpiamos y cortamos las cebollas. Primero a la mitad, después en medias rodajas no demasiado finas y las ponemos a pochar en una sartén con 3 cucharadas de aceite hasta que pierdan la tersura. No deben tomar nada de color.
Repartimos la cebolla medio pochada sobre la masa de coca que teníamos preparada y salpimentamos.
Cortamos unas rodajas de 1/2 cm. de grosor y sesgadas (para que la sección sea más amplia) de farinatoy las colocamos sobre la capa de cebolla.
Introducimos la bandeja en el horno precalentado a 180 º C, y dejamos que se cocine hasta que veamos que la cebolla empieza a estar dorada. Alrededor de 15 o 20 minutos.
Cortamos la coca en trozos, del tamaño que más nos guste, y la servimos tibia. Está buena también fría pero sin duda tibia es como se aprecia mejor su sabor.
Este es un plato perfecto para un aperitivo o una merienda