Esta receta es una de nuestras propuestas para utilizar el farinato, un embutido de la zona bastante peculiar, que es posible sustituir por sobrasada o por un chorizo tierno, si no lo encontramos en nuestra charcutería.
Ingredientes:
2 patatas grandes.
1 cebolla.
3 huevos.
farinato.
aceite y vinagre de módena.
azúcar, sal y pimienta.
Ponemos en una sartén la cebolla cortada en láminas finas con 3 cucharadas de aceite. Cuando trasparente y pierda la tersura le añadimos un chorrito de vinagre de Modena y una cucharada de azúcar. Dejamos hacer a fuego lento hasta que esté totalmente cocinada y se haya quedado sin salsa.
En otra sartén freímos despacio las patatas laminadas en abundante aceite hasta que estén tiernas y salpimentamos.
En un bol, mezclamos las patatas con 1/3 de la cebolla caramelizada y los huevos batidos. Salpimentamos ligeramente.
Cortamos el farinato en rodajas finas y ponemos la mitad de ellas, entre láminas de papel sulfurizado, a hornear. Lo tendremos unos 40 minutos a 80 ºC o hasta que haya perdido la humedad y esté crujiente.
Con la mezcla que tenemos en el bol y la ayuda de un molde vamos haciendo minitimbales. Rellenamos hasta la mitad, ponemos en medio una capa de rodajas de farinato en crudo y rellenamos con la mezcla hasta el borde. Dejamos hacer un par de minutos por un lado y luego le damos la vuelta para sellar bien ambos lados.
Vamos sacando los timbales a una fuente que admita horno y, cuando los tengamos todos hechos, los horneamos a 170 º C durante 5 minutos para que se cuajen algo más por dentro.
Montamos los platos poniendo un timbal, una cucharada de cebolla caramelizada y adornamos el conjunto con unas peinetas del crujiente de farinato que habíamos preparado en el horno.