La lenteja es una de las legumbres más consumida en todo el mundo, constituyendo uno de los alimentos básicos de muchos países, sobre todo de aquellos en los que se sigue una dieta mediterránea. Esta legumbre es una magnífica fuente de minerales (entre los que destaca el hierro), vitaminas, y proteínas, siendo un alimento muy versátil con el que podemos preparar multitud de platos, entre otros; unas deliciosas hamburguesas, un nutritivo pan de lentejas peladas, o las tradicionales lentejas con chorizo. Para tener éxito a la hora de cocinar esta legumbre hay una serie de recomendaciones a tener en cuenta. En el artículo de hoy, os vamos a dar algunos consejos sobre cómo cocinar las lentejas perfectas, si los aplicáis vuestros platos de lentejas ganarán en aspecto y textura.
Selección previa. Seleccionar las lentejas antes de cocinarlas es importante, sobre todo en el caso de que las hayamos comprando a granel, ya que es posible que contengan pequeñas piedras que pueden provocarnos la rotura de algún diente. Llevaremos a cabo esta acción antes de ponerlas a remojo. En el caso de las lentejas envasadas podemos obviar este paso, ya que se las somete a controles muy rigurosos.
Lavado. Con el fin de eliminar el polvo que hay presente en las legumbres (fruto del proceso de cosechado), es conveniente lavarlas antes de proceder a cocinarlas. Tras el lavado, y a diferencia de otras legumbres, las lentejas se pueden cocinar sin remojo previo.
Ollas. Los mejores recipientes para cocinar las lentejas son los de barro, los de acero inoxidable y las cazuelas esmaltadas, ya que todos ellas son prácticamente inalterables. Desecharemos el uso de recipientes de hierro o aluminio. ya que alteran el sabor de las lenteja dando lugar a un cierto regusto metálico.
Cantidad de agua. Acertar con la cantidad de agua necesaria para cocinar las lentejas es clave para obtener un buen guiso. Procedemos como sigue: ponemos las lentejas en una olla y cubrimos con agua hasta, aproximadamente, unos 5 centímetros por encima. El fuego debe ser también el adecuado, ya que, si es demasiado fuerte corremos el riesgo de que el agua se consuma antes de que las lentejas estén listas. Si nos hemos pasado con la temperatura de cocción, añadiremos un poco de agua fría para bajarla. Lo ideal es mantener un hervor suave.
Impurezas. Si durante la cocción se produce espuma en la superficie del agua, debemos retirarla con una espumadera, ya que dicha espuma es signo de que no hemos lavado bien las lentejas.
Tiempos. Al comenzar la cocción podemos poner el fuego fuerte, pero una vez que el agua rompa a hervir, lo bajamos a una intensidad tal que permita que el hervor sea suave, aportando así calor de manera uniforme. Si nos excedemos con la temperatura, corremos el riesgo de que las lentejas se peguen al fondo de la olla. Un tiempo adecuado de cocción, manteniendo el hervor suave, ronda los 60 minutos, aunque esto va a depender del tipo de olla usada, así como de la variedad de lenteja elegida.
Cucharas. Durante los primeros minutos de iniciarse la cocción, podemos remover nuestras lentejas con una cuchara, preferiblemente de madera. sin embargo, cuando éstas comienzan a ablandarse, es preferible no usar la cuchara para moverlas, lo mejor es coger la olla de la asas con ambas manos y mover su contenido suavemente para que los ingredientes se mezclen.
Textura. Tras la cocción, las lentejas deben presentar una textura cremosa. Si no es así, debemos buscar la explicación en un exceso de agua durante la cocción. Una buena forma de espesar el guiso es coger unas pocas lentejas, y algo de verdura, y pasarlas por el pasapurés, tras lo cual se añaden de nuevo a la olla.
Sabor. Si hemos puesto al principio las verduras en trozos grandes, podemos mejorar notablemente el guiso aplicando la misma técnica explicada en el paso anterior; sacamos los trozos de verdura, una vez que están tiernos, y, tras pasarlos por el pasapurés, los añadimos de nuevo a la olla para seguir cocinando unos minutos más.
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Fuente: @consumer