Y para celebrarlo nada mejor que esta rica crema de limón y leche de coco que anuncia el verano.
Llevo dos semanas anunciando que van a llegar las recetas sin horno a mi cocina y hoy he cumplido al fin con mi promesa.
Curiosamente es otra receta que atesoraba en el baúl de los borradores y también es previa justo al confinamiento del Covid fruto de aquella bolsa de limones recién recogidos que le regalaron a mi padre.
¡Lo que ha dado de sí el regalo!
Y lo mejor de todo es que ni un sólo limón se puso malo.
Y sí, si os lo estáis preguntando aún queda pendiente de publicar alguna receta preparada con ellos ¡avisados estáis!
He de confesar que me gustan los postres con sabor cítrico y que me apetecen especialmente en verano porque me parecen muy refrescantes.
También los considero ideales como colofón a cualquier comida o cena de las que podemos denominar "copiosas" porque aportan sensación de ligereza.
Y son ideales para un día cualquiera. Porque sí. Porque no es necesario tener un motivo para celebrar o para darnos un capricho.
Creo que alguna vez os he contado que de pequeña odiaba el coco.
No me gustaban nada los pasteles que tenían coco rallado. Me resultaba insoportable la sensación al morderlo.
No entendía la necesidad de ponerlo en dulce alguno ni que a nadie en su sano juicio le pudiera gustar.
Pero con el devenir de los años y mi incursión en la blogosfera fui dándole nueva oportunidad a muchas cosas que hasta el momento no me gustaban ¡y han entrado por la puerta grande en mis gustos reposteros!
Con deciros que las bolitas de coco son de mis preferidas en navidad os lo digo todo. Claro que este año prohibí a mi marido que comprase ninguna porque la navidad previa me las comí todas yo sola y os puedo asegurar que no compró pocas.
Que sí, que sé que tendría que hacerlas caseras, que no son complicadas y están infinitamente más buenas, pero también sé que si las hago van a caer una detrás de otra y la operación biquini está ya pasada de fecha para este verano y la llevo francamente mal.
De la leche de coco no había oído hablar hasta que llegué a la blogosfera.
A ver, que una es de pueblo y sin vocación de hacer estudios de las estanterías de los supermercados.
Soy más del club CVCQ y de fijarme en cosas que otros me enseñen y de paso me den alguna idea para usarlas.
No es un producto complicado de encontrar a estas alturas. Yo suelo comprarla en LIDL cuando la traen en no sé qué semana temática (creo que la de comida asiática) pero la veo en Carrefour cuando hago la compra online y me consta que en Mercadona la suelen tener (aunque no soy yo muy amiga desde hace bastante tiempo de este supermercado)
Además podemos encontrarla en versión baja en calorías, que yo suelo aprovechar porque todo lo que pueda restarse de la carga calórica cuenta, o al menos yo tengo la conciencia más tranquila.
Para preparar la crema he usado mi robot de cocina del LIDL al que saco menos partido del que debería pero puedo prometer que últimamente la vida no me da para más.
También se puede hacer en cazuela si no tenéis robot de cocina. Y por supuesto con la Thermomix porque la programación es la misma que con Monsieur Cuisine.
Muchos me habéis preguntado por mi marido en las últimas semanas. Está en casa desde el 19 de mayo. el día 23 volvió al hospital para una biopsia del músculo del brazo y regresó en el mismo día.
Estamos a la espera de los resultados de la biopsia y de un estudio genético porque ni traumatólogos ni neurólogos encuentran el motivo de la poca movilidad que presenta en los brazos desde finales del pasado año.
Por decirlo de algún modo estamos jugando la última carta y confío en que den con el origen. Tenga el nombre que tenga, pero al menos saber a qué nos atenemos, porque si malo es ponerle nombre a una dolencia o una enfermedad es peor no estar bien pero que no sepan qué te ocurre.
Nos queda esperar, porque hasta finales de junio no vuelve a tener cita con su médico y confío en que ese día ya estén los resultados de estas pruebas que suelen tardar más. Os iré contando.
¿Más cosas? Las niñas. Lara ya acaba el ciclo de educación infantil y pasa a un colegio de educación primaria. Elena termina en la guardería y pasa al colegio de Lara (de hecho ayer le hicieron las fotos para la orla de la guardería)
Como hablar y opinar es gratuito hay quién cuestiona por qué no envío a las dos hermanas al mismo colegio y me evito tener dos centros diferentes.
Porque me ha ido muy bien en este colegio donde sólo está el segundo ciclo de educación infantil (de 3 a 5 años) Porque la profesora que tiene Lara es una maravilla de persona y de docente y el próximo curso cogerá a Elena que además la conoce porque es socia del mismo club que nosotros y nos estamos viendo todo el verano en la piscina.
Porque el cole lo tengo justo en el edificio contiguo a mi oficina y me resulta súper cómodo venir y volver con mi hija de la mano.
Y porque soy su madre y me da la gana.
Respeto que haya padres que matriculen a sus hijos a los tres años en un centro y salgan de él con el bachillerato terminado para iniciar sus estudios en la universidad.
Es una decisión cómoda y muy loable.
Sin embargo bajo mi punto de vista es necesario empezar desde pequeños en la vida de cero cada poco tiempo.
Te prepara para los cambios, te hace salir de tu zona de confort y no está de más adaptarte a otras maneras de hacer las cosas, a nuevos compañeros y docentes diferentes.
Cuando en un centro te va bien es genial permanecer en él durante mucho tiempo, pero cuando las cosas no son del todo favorables puede ser duro para el alumno e incluso para la familia. Al menos es lo que se deriva de mi experiencia personal (que cursé las diferentes etapas educativas en varios centros hasta terminar el bachillerato) y de testimonios de gente de mi alrededor con hijos que ahora están estudiando.
Como siempre estoy abierta a escuchar vuestras opiniones y vuestras experiencias, que me gusta tener diferentes puntos de ver las cosas, sobre todo a los que ya habéis pasado por ahí.
Y ya dejo de enrollarme y os recomiendo encarecidamente que preparéis esta crema ¡que está para chuparse los dedos y no os va a defraudar!
¿Alguien se anima con un vasito?
Ingredientes:
* 150 gramos de azúcar
* Una lata de leche de coco (400 gramos)
* 350 ml de zumo de limón
* 5 huevos
* 40 gramos de harina de maíz (maicena)
* Coco rallado para decorar (opcional)
Elaboración (en Monsieur Cuisine o Thermomix)
1. En la jarra ponemos los huevos y el azúcar y programamos 2 minutos velocidad 4
2. Añadimos la leche de coco y programamos 1 minuto velocidad 4
3. Por último añadimos la maicena y el zumo de limón y colocamos la pala removedora (mariposa) y programamos 12 minutos, velocidad 3 100 grados
4. Una vez termine vertemos en los vasitos donde vayamos a presentar y cuando comience a enfriarse la crema tapamos para que no se haga costra y una vez fría pasamos al frigorífico.
5. Antes de servir decoramos con un poquito de coco rallado.
Elaboración tradicional.
1. Exprimimos el zumo de limón y reservamos unos 100 ml donde deshacemos la harina de maíz.
2. En un bol batimos los huevos junto con el azúcar, añadimos la leche de coco y el resto del zumo de limón y mezclamos hasta integrar.
3. Pasamos la mezcla a una cazuela que ponemos al fuego y removemos con frecuencia para que no se nos pegue.
4. Cuando esté a punto de romper a hervir, retiramos del fuego, vamos añadiendo poco a poco el zumo de limón con la maicena disuelta y volvemos a poner al fuego (medio/bajo) removiendo hasta que comience a espesar.
5. Retiramos del fuego y vertemos en boles.
Cuando la crema esté fría tapamos cada vasito y los guardamos en el frigorífico.
Para mi gusto está más rica reposada de un día para otro.
Pero una vez se haya enfriado la podéis consumir si os puede el ansia viva.
No os he contado que estoy batallando con la alergia desde hace dos semanas.
Desde el finde notaba, a ratos, cierto picor en la garganta, el martes por la mañana parecía haber remitido pero me empecé a poner ronca a media mañana.
Yo que soy muy hipocondríaca con el virus y a la par no me fío un pelo del Covid volví a hacerme un test. Que sí, que lo pasamos hace justo cuatro meses. Que sí, que un recontagio con la misma variante es complicado. A todo que sí. Pero sobre todo a lo traicionero que es el bicho.
Salió negativo. Tremendamente limpio el test. Se quedó blanco impoluto e inmaculado salvo la raya superior y yo bastante más tranquila porque no quiero que con el runrún de que son síntomas de la alergia tener un covid ahí enmascarado y traer y llevar contagios a mi trabajo, a los centros de las niñas y sobre todo a la casa de mis padres.
Vaya por delante que desde febrero no es la primera vez que me hago un test, pero repito, no quiero autoconvencerme de que es otra cosa y que otra persona de mi entorno lo acabe pagando caro.
Y sin liarme más os digo que esta receta va para el reto 1+/-100, desperdicio cero de mi amiga Marisa porque es una forma ideal de dar salida a muchos limones. ¡No dejéis de pasar por él!
Gracias por visitar mi blog y dejar vuestros comentarios. Nos leemos el jueves próximo.
Manos a la masa y ¡bon appétit!