Como con las empanadillas de aguacate, hoy vengo de nuevo con otro hallazgo culinario de los que hacen historia, de los que se quedan anotados en la libreta para los restos de los restos: la crostata de patata. O, lo que es lo mismo, la patata como base de una tarta salada.
He de confesar que, a priori, no confiaba al cien por cien en que el resultado fuese exitoso. Temía que pudiese ocurrir alguna desgracia: que la base no compactara bien o que, entre otras cosas, perdiera la forma en el horno. Y es que soy así de pesimista cada vez que me enfrento a alguna receta/elaboración que desconozco por completo. Pero, como casi siempre ocurre cada vez que me pongo en lo peor, el resultado fue un éxito asombroso digno de un espacio en el blog.
La idea la vi en la web Giallo Zafferano, y me encantó. Aunque el relleno lo adapté a mi gusto y a lo que en ese momento tenía en la nevera, la base de patata está tal cual la encontraréis en la página italiana.
En casa nos ha flipado el resultado, y es que nos ha parecido una manera distinta y muy original de comer un alimento, la patata, que siempre solemos tomar hervido, en puré o como acompañamiento de otros platos.
Espero que os guste tanto como a nosotras y que pongáis pronto en práctica la receta. ¡Espero ansiosa vuestras opiniones!
Crostata de patata y fiambre de pavo:
Receta adaptada de Giallo Zafferano
INGREDIENTES (para un molde de unos 20cm de diámetro)
500g de patata, pelada
100g de queso havarti
50g de nata (crema de leche) líquida para montar (35% m.g. mín.)
1 huevo
un par de vueltas de pimienta negra recién molida
pizca de sal
100g de fiambre de pechuga de pavo en lonchas (la mía, braseada)
30-50g de queso azul (según os guste la intensidad de este queso)
Frutos secos variados (nueces, pasas, almendras y pistachos)
PREPARACIÓN
Precalentamos el horno a 180ºC.
Pelamos y rallamos la patata. La estrujamos bien para retirar el exceso de agua y, si fuera necesario, la escurrimos, además, con un paño seco o papel absorbente. Cuando le hayamos retirado el exceso de humedad, la pasamos a un bol y la salpimentamos. Añadimos la nata (crema de leche) y el huevo, y mezclamos bien.
Engrasamos una fuente redonda de unos 20 o 22 cm de diámetro y cubrimos la base y las paredes con la mezcla anterior, como su fuera una masa para una tartaleta.
Cocinamos en el horno durante unos 35 minutos a 180ºC.
Una vez horneada la base, la sacamos del horno e iremos rellenando con el resto de ingredientes. En primer lugar, el queso havarti rallado. Sobre éste, la pechuga de pavo en lonchas, los frutos secos y, por último, el queso azul desmenuzado.
Volvemos a introducir en el horno durante 10 minutos a 180ºC. Desmoldamos y servimos templado o a temperatura ambiente.