Si queréis hacer un postre a base de frutas de temporada (ahora es tiempo de manzanas) que sea sencillo, barato, que cunda y que sorprenda al personal os recomendamos este crumble de manzana y pistachos. Se puede hacer con cualquier tipo de fruta según la temporada. El crumble es un invento inglés consistente en una base de fruta confitada recubierta de una masa de harina, mantequilla y azúcar que se desmenuza y que se pone al horno. Se suele servir templado acompañado de una bola de helado. Nosotras hemos hecho dos versiones, una en raciones individuales con panela (en este caso queda más oscuro) y otra con azúcar blanquilla y aunque las dos están muy ricas nos gusta más la textura que da el azúcar blanco.
RECETA
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INGREDIENTES
PARA LA FRUTA:
1 KG de manzanas
100 g de pistachos
50 g de azúcar (puede ser blanquilla o panela)
25 g de mantequilla
1/2 cucharadita de canela
PARA LA PASTA:
200 g de harina común
140 g de azúcar (puede ser blanquilla o panela)
150 g de mantequilla fría
PREPARACIÓN
Pelar las manzanas y cortarlas en trozos no demasiado pequeños. Regar los trozos con el zumo de limón.
En una sartén poner los trozos de manzana, 50 g de azúcar, 25 g de mantequilla y la canela. Dejar a fuego suave unos 10 minutos hasta que cojan color. Reservar.
En un bol se ponen los ingredientes de la pasta y se van desmenuzando con los dedos hasta que queden grumos pequeños.
Untar una fuente apta para el horno o moldes individuales con mantequilla. En la base colocar las manzanas, encima repartir los pistachos y por último la pasta desmenuzada.
Poner en el horno precalentado a 180º con calor arriba y abajo durante 35 o 40 minutos aproximadamente (hasta que la superficie esté dorada).
Se puede tomar frío pero está mejor templado. También se puede acompañar de helado de vainilla.