Los puerros son vegetales muy sabrosos y bajos en grasa, que pertenecen al mismo género que las cebollas, cebolletas y ajos. Son ligeramente dulces y se pueden preparar salteados con otras verduras, al vapor, preparar caldos o sopas, al horno, crudos en ensaladas…las posibilidades son infinitas.
Además de ser ricos en fibra, que nos ayuda a mantenernos saciados, los puerros también tienen propiedades diuréticas que nos permiten combatir la retención de líquidos. 100 gramos de puerros contienen aproximadamente un 33 % de la dosis diaria recomendada de vitamina A que necesita nuestro organismo.
A mi me encantan todas las recetas de puerros que he probado ya sea como base para un sofrito o como ingrediente principal. Hoy os traigo una ensalada templada en el que el puerro es protagonista. El aliño ácido contrasta genial con los sabores más suaves de los puerros y las nueces consiguiendo en conjunto un resultado delicioso.
Ingredientes: (2 personas)
1 puerro bien grande
1 pimiento rojo pequeñito
4 nueces
Para el aliño:
El zumo de 1/2 limón
1 cucharadas de vinagre de manzana
½ cucharadita de sal
½ cucharadita de pimienta
½ cucharada de mostaza
1 cucharadita de azúcar
6 cucharadas de aceite de oliva
Elaboración:
Ponemos todos los ingredientes del aliño en un tarro con tapadera hermética. Cerramos bien y agitamos con fuerza hasta que esté todo bien integrado. Metemos en el frigorífico hasta que lo vayamos a usar.
Con la ayuda de un abre-nueces separamos las cáscaras de las nueces y sacamos los frutos secos de su interior.
Quitamos las capas superiores al puerro y lo lavamos a conciencia, asegurándonos de que no se queda nada de tierra entre las hojas. A continuación lo cortamos finamente en rodajas.
Partimos el pimiento rojo por la mitad. Una mitad la picamos en trocitos pequeños. La otra en tiras largas o aros, para decorar la ensalada.
Ponemos una olla con agua salada a hervir e introducimos el puerro picado para escaldarlo unos 3 o 4 minutos. Escurrimos.
En un bol ponemos todos los ingredientes, (reservando las tiras de pimiento rojo y algunas nueces) y cubrimos con la vinagreta mezclando bien.
Pasamos a la ensaladera donde vayamos a presentar el plato y decoramos con las tiras de pimiento rojo y trocitos de nueces que teníamos reservadas.
¡Y ya tenemos lista nuestra ensalada de puerros y nueces!
Como veis se prepara en un salto y el resultado es muy satisfactorio. Una ensalada diferente para sorprender, que puede constituir por ejemplo una cena ligera por sí misma, o un acompañamiento perfecto para muchos tipos de platos.
¡Que aproveche, Calderer@s!
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