Vuelvo con una receta muy sencilla de mi nueva enciclopedia de cocina judía, The Complete Guide to Traditional Jewish Cooking de Marlena Spieler. Esta ensalada que recuerda a la ensalada de verano tan típica en España, es popular entre los judíos serfardíes, que se aficionaron mucho al aceite de oliva en sus años en la Península Ibérica. Para 2:
250 g de patatas pequeñas nuevas (si son grandes, las cortamos en cuartos)
2-3 ajetes (tanto lo blanco como lo verde)
6-8 olivas rellenas de anchoa*
60 g de queso feta
1,5 cucharadas de perejil fresco
1 cucharada de menta fresca picada
Sal y pimienta * La receta original pide aceitunas negras y 2 anchoas en trocitos para la vinagreta, pero como en Dinamarca es casi imposible encontrar anchoas y tenía en la despensa olivas rellenas de anchoa, decidí aprovecharlas.
Para la vinagreta:
3 cucharadas de aceite de oliva
Zumo de 1/2 limón o al gusto
1,2-2 cucharadas de yogur griego
1,5 cucharadas de eneldo fresco picado
1/2 cucharada de mostaza francesa (en mi caso de miel)
La preparación:
1. Hervimos las patatas con piel en agua con sal hasta que estén tiernas. Lo de dejar la piel es para evitar la pérdida de almidón y reducir el riesgo de que se rompan, pero si andamos con prisa, las pelamos y las cortamos en mitades o en cuartos para que se cuezan más rápido. Si las hervimos con piel, las dejamos enfriar un poco antes de pelarlas.
2. Mezclamos en un cuenco el zumo de limón y el aceite (y las anchoas troceadas si las vamos a usar). Batimos a mano para emulsionar.
3. Entonces añadimos sal, pimienta, el yogur, la mostaza y el eneldo picado y batimos de nuevo para mezclar bien. Reservamos.
4. Picamos en anillos finitos el ajete y los añadimos a las patatas. Servimos también las olivas y el feta en daditos. Añadimos el prejil y la menta picaditos.
5. Finalmente aliñamos con la vinagreta mientras las patatas aún están tibias, mezclamos cuidadosamente y ya sólo queda disfrutar.
* Esta ensalada está aún mejor si se deja reposar 1 hora al frío y también si se come al día siguiente, ya que la vinagreta impregna las patatas. Si la consumimos un día después, nos deshacemos del agua que se haya podido acumular por la condensación y refrescamos con una pizca de aceite en spray y/o unas gotas de limón.
¡Buen provecho!
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Bergua*