Esta receta la he extraído de un viejo y ajado recetario, escrito a mano, plagado de faltas de ortografía pero lleno de cariño y sabiduría, espero de todo corazón que os gusten.
Ingredientes para cuatro personas:
Aceite de oliva "virgen extra", 4 cucharadas
Agua, 1 vaso más 1/4 para disolver la "Maizena"
Ajo, 2 dientes
Caldo de pollo o de carne, 1 pastilla
Filetes de cerdo, 8
Harina fina de maíz "Maizena" o similar, 1 cucharadita
Perejil fresco, un manojo
Pimienta negra recién molida, al gusto
Sal fina, al gusto
Vino blanco seco, 1 vaso
Utensilios:
Cuchara de madera
Cuchara, te servirá de medida para el aceite
Cucharilla te servirá de medida para la harina
Cuchillo de cocina, grande y afilado
Mortero
Pinzas de cocina
Plato hondo o llano
Sartén grande y antiadherente con su tapadera
Tabla de cocina para cortar
Vaso, te servirá de medida para el agua y el vino
Elaboración:
Comenzaremos salpimentando los filetes por ambas caras; no le pongas sal en exceso ya que la salsa va a ir enriquecida por la pastilla de caldo de pollo o de carne.
Seguidamente vierte dos cucharadas de aceite de oliva en la sartén y colócala a fuego fuerte.
A continuación, fríe la mitad de los filetes por tandas ( en mi caso de dos en dos) en el aceite caliente durante 30 segundos por cada lado.
Tras esto retira los filetes de la sartén con la ayuda de tus pinzas de cocina y resérvalos en un plato.
Cuando hayas dorado la mitad de los filetes añade las otras dos cucharadas de aceite de oliva a la sartén y espera unos segundos a que se caliente.
Cuando el aceite haya alcanzado la temperatura idónea (caliente pero sin que llegue a humear), continúa friendo los filetes hasta acabar con todos.
Cuando acabes, vuelve a introducir todos los filetes en la sartén y vierte por encima el jugo que ha quedado en el plato donde los tenías reservados. Retira la sartén del fuego y reserva.
Después de esto, coloca la pastilla de caldo, el manojo de perejil y los dientes de ajo pelados en un mortero; añade un poco de sal fina para evitar que los ajos salten.
Machaca con fuerza hasta obtener una pasta.
A continuación, añade al mortero el vaso de vino blanco , remueve con la mano del mortero cuidando de no desparramarlo todo y vierte el contenido de este sobre los filetes.
Seguidamente vierte el vaso de agua y remueve suavemente con tu cuchara de madera.
Continúa disolviendo la cucharadita de "Maicena" en un vaso con un cuarto de su capacidad en agua y vierte esta mezcla sobre los filetes.
Vuelve a llevar la sartén al fuego y remueve suavemente.
Tapa la sartén y deja que los filetes se hagan a fuego medio, número 6 de la placa vitrocerámica durante 20 minutos.
¡¡¡Y ya está!!!
Estos filetes quedan tiernos y deliciosos. Se pueden hacer y conservar en el frigorífico de un día para otro.
Los puedes servir acompañados de patatas fritas y una ensalada verde.
R I Q U Í S I M O S
"No hay nada nuevo bajo el sol, excepto lo que has olvidado".