Tiene un montón de propiedades, como vitaminas, minerales y un sinfín de beneficios para el organismo.
Este flan está hecho con cuajada, por lo que no lleva huevo. La preparación tampoco tiene azúcar, y si quieres, puedes sustituir el caramelo por miel o sirope de agave. Además, está preparado con leche desnatada, por lo que la cantidad de grasa es mínima.
Ingredientes (8 raciones):
50 gr. de polvo o harina de algarroba
75 gr. de azúcar
1 litro de leche desnatada muy fría
2 sobres de cuajada
1 cucharada sopera de esencia de vainilla
1 cucharadita de canela en polvo (es opcional)
Edulcorante: Yo he usado dos cucharadas soperas de stevia líquida, pero tú puedes usar el edulcorante que prefieras, siempre teniendo en cuenta su poder endulzante.
Preparación:
Para el caramelo: Pon a fuego medio el azúcar con un par de cucharadas soperas de agua. Deja hervir hasta que empiece a ponerse rubio. Retira del fuego y vierte en el molde que hayas elegido para tu flan.
Pon a calentar 750 ml. de leche. Añade la algarroba, el edulcorante, la canela y la esencia de vainilla y mueve bien para disolver todos los ingredientes.
En los 250 ml. de leche restantes, disuelve la cuajada hasta que no queden grumos y reserva.
Cuando la leche que tienes al fuego comience a hervir, baja al mínimo, y añade la cuajada disuelta sin dejar de remover. Cuando la mezcla vuelva a hervir, retira del fuego.
Vierte la preparación en tu molde y deja enfriar en la nevera al menos 4 horas.
Transcurrido el tiempo suficiente como para que haya enfriado, desmolda con cuidado en un plato o una fuente.
Para decorar, yo he utilizado los trocitos de caramelo que han quedado en el molde, pero tú puedes utilizar nata (crema de leche), sirope, galletas, bizcocho (que va estupendo con este flan)...
¡Y listo! Tenemos un postre sencillo, fresquito y ligero, perfecto para presentar después de un almuerzo o una cena, o para merendar sin remordimientos.
¡Buen provecho!