Es una receta perfecta, para dejar preparada de un día para otro, ya que su sabor se volverá más intenso y, tendremos una comida o cena, muy rápida, para aquellos días, en los que tenemos muy poco tiempo para comer.
Podéis comerlas frías o templadas. .
Ingredientes
24 gambas grandes
1 cebolla
3 dientes de ajo sin el germen
Pimentón
2 hojas de laurel
100 ml de vino blanco seco
80 ml de vinagre
Aceite de oliva
Sal
Preparación
En primer lugar, pelaremos y laminaremos la cebolla y la reservaremos.
A continuación, limpiaremos y lavaremos las gambas.
Pondremos una cazuela al fuego con un chorrito de aceite y cuando esté bien caliente, agregaremos las gambas y dejaremos que se vayan haciendo por ambos lados y las reservaremos.
Cuando estén templadas, las pelaremos dejándoles la cola.
En la misma cazuela, añadiremos un poco más de aceite e incorporaremos la cebolla y el ajo, previamente laminado; las hojas de laurel y la sal, dejaremos que poco a poco se vaya pochando.
Retiraremos la cazuela del fuego e incorporamos el pimentón y removeremos bien.
Llevaremos al fuego y añadiremos el vino y dejaremos que se reduzca el alcohol.
Incorporaremos el vinagre, las gambas y la sal al gusto. Removeremos la cazuela y dejaremos unos segundos al fuego.
Retiraremos y dejaremos enfriar por completo.
Cuando las tengamos preparadas, las reservaremos en la nevera, hasta el día siguiente, momento en el que las serviremos frías.