Es sano, ligero y está muy rico bien como acompañamiento de otro plato más fuerte (a medio día) o para tomar solo como cena.
Y encima, es facilísimo de hacer.
Los ingredientes que he utilizado son:
- judías verdes (congeladas)
- tomate natural
- cebolla
- aceite de oliva virgen extra
- sal y pimienta
En primer lugar, picamos la cebolla.
En una cacerola ponemos un poco de aceite de oliva y comenzamos a sofreirla.
Lavamos y picamos los tomates.
Si no os gusta encontraros la piel, les podéis hacer un corte en cruz en la base, introducir en agua hirviendo un minuto. Los enfriamos en agua fría (si no, queman mucho..) y saldrá la piel con muchísima facilidad.
Añadimos a la cebolla cuando ésta lleva unos 20 minutos pochando.
Dejamos que se haga el sofrito y mientras, hervimos nuestra judías...
A mi me gusta hacerlo con poca agua, casi al vapor.
En cuanto están, las refresco bajo el grifo y reservo hasta que esté terminado el sofrito.
Entonces, incorporo a la cacerola.
Removemos un poco, con cuidado de no cargarnos las judías verdes, para que éstas cojan bien el sabor del sofrito.
Tras unos minutos, tenemos nuestra cena lista.
¿Os apetece?
Pues aquí os dejo la receta...
¡¡Besitos!!