Para ello, nos vamos a basar en la receta que viene en el libro "¡OH, MAMMA! COCINA ITALIANA con molto amore" de Lunwerg Editores.
Además, el pasado lunes fue el Día del Niño en nuestro país y una buena forma de celebrarlo es hacer una receta con ellos, nosotros así lo hicimos y Ma Petit Chloé lo pasó muy bien ayudando en la cocina.
Para hacer mi versión de esta receta vamos a necesitar los siguientes ingredientes:
Para la masa:
1 masa de pizza tradizionale redonda de 30 cm de diámetro
Para el relleno:
70 g de tomate tipo San Marzano
125 g de mozzarella di bufala
Para decorar:
1 chorreoncito de aceite de oliva virgen extra (opcional)
hojas de albahaca
1 puñado de parmesano recién rallado
Para ello vamos a utilizar uno de los productos que vienen en la última caja Degustabox que, si aún no conoces estas cajas, aquí te hablo sobre ellas. La Salsa Basílico se elabora con aceite de oliva, tomates de cultivo local y albahaca fresca, lo que la hace ideal para utilizarla en nuestra receta. Vamos a extender sobre la masa unas 4 cucharadas de esta salsa de tomate.
Preparación:
Preparamos tanto los ingredientes como los utensilios que vamos a necesitar. La receta original indica que, unos veinte minutos antes de empezar la pizza, se debe precalentar el horno a temperatura máxima con la piedra de cocción, si se dispone de una. Nosotros no tenemos piedra y lo vamos a hacer precalentando el horno a 220ºC con calor arriba y abajo.
Cortamos la mozzarella en lonchas y la ponemos sobre una rejilla para que suelten un poco de agua. Trituramos los tomates con una batidora de mano y sazonamos con un poco de sal y pimienta. Nosotros vamos a utilizar la Salsa Basílico por lo que este paso nos lo ahorramos.
Extendemos la masa de pizza sobre una bandeja de horno, cubrimos de salsa de tomate con una cuchara sopera. Nos gusta dejar un centímetro del borde sin cubrir, pero cuando lo hace Ma Petite Chloé, es difícil que quede algo de masa sin cubrir.
Colocamos las lonchas de mozzarella, llevamos al horno y horneamos durante 15 minutos a una altura media alta.
Si tienes piedra, la receta original indica que se ponga la pizza sobre la piedra caliente y dejarla durante 5 minutos más o menos, tiempo suficiente para que se dore la costra y se funda la mozzarella.
Presentación:
Una vez fuera del horno, la pasamos a un plato redondo especial para pizzas, añadimos unas cuantas hojas de albahaca, un chorreoncito de aceite de oliva virgen extra y un puñado de parmesano rallado.
Nos gusta hacer pizza entre los tres, en esta ocasión, Ma Petit Chloé, que siempre quiere ayudar, extendió el tomate y su padre colocó las rodajas de queso. Yo distribuí las hojas de albahaca y Monsieur Accidents la terminó rallando el parmesano.
En cuanto al maridaje, en Nápoles, con la pizza, se bebe gragnano frizzante que es un vino tinto afrutado de Campania.
En el libro viene un dato cultural, "Esta es la madre de todas las pizzas. Tiene una anécdota histórica: fue creada por un pizzaiolo de Nápoles que quería complacer a la reina Margarita. Por eso puso los tres colores de Italia. Esta sencillez exige unos ingredientes de excelente calidad. ¡Si todos pueden ser originarios de Campania, mejor que mejor!"
¿Qué te ha parecido la importantísima pizza roja con mozzarella di bufala y albahaca? A nosotros nos ha conquistado ya que se elabora con ingredientes que son básicos en nuestra dieta y nunca nos faltan en la cocina.
A Ma Petite Chloé le ha gustado comerse una pizza que hemos hecho entre los tres y comerla juntos, aún más. Además, mientras nos la comíamos, Monsieur Accidents le contó a Ma Petit Chloé que fue la primera pizza que comimos en nuestro viaje a Italia, en el Campo de Santa Marguerita en Venecia. Porque la comida nos puede transportar a momentos y lugares entrañables y eso es algo mágico. ¿No crees?
Bon appétit!
Fuente: este post proviene de Pequeños Accidentes, donde puedes consultar el contenido original.
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