La autora de “Los pazos de Ulloa” también mostró un notable interés por la gastronomía, y entre su extensa y variada bibliografía podemos encontrar títulos como “La cocina española antigua” publicado en 1913, un texto magnífico que constituye mucho más que un simple recetario, con un prólogo de su autora que es una verdadera joya en sí mismo y que comienza con estas palabras: “Al publicar un libro de cocina, me parece natural decir que no tengo pretensiones de dominar esta ciencia y arte. Soy, tan sólo, una modestísima aficionada. Más que enseñar, deseo aprender”.
Yo he querido rendir mi particular y modesto homenaje a Doña Emilia elaborando una receta sencilla de las que figuran en este libro, que llegó a mis manos hace unos años y al que he recurrido en más de una ocasión para elaborar platos tan sabrosos como por ejemplo el “Bacalao a la Carmen Sánchez”. Pero en esta ocasión me he decantado por una preparación dulce, los “Célebres mantecados de las Torres de Meirás”.
Os dejo con las explicaciones de la propia Doña Emilia para elaborar esta delicia, empezando por los ingredientes que han de ser de la mejor calidad posible. Sobre todo os recomiendo que uséis una buena manteca y los mejores huevos que encontréis.
Dice Doña Emilia: “se pesa un huevo, otro tanto de azúcar, la misma cantidad de manteca, y otro tanto de harina”. En mi caso pequé de prudente y para empezar utilicé solamente dos huevos que pesaban aproximadamente 100 g y la misma cantidad de los otros tres ingredientes. Con esas cantidades salieron nueve mantecados… ni que decir tiene que os recomiendo doblar las cantidades como hice yo al día siguiente, están tan ricos que merece la pena.
“Se echan en una tartera la manteca y el azúcar, y se baten con la mano. Cuando la manteca va blanqueando, se le añade el huevo y, si son varios, en mayores cantidades, se agrega uno a uno. Incorporado ya el huevo, se pone la harina poco a poco, no sin cernirla antes”. Supongo que Doña Emilia, mujer moderna y resuelta, también se habría servido de una batidora de varillas para este menester si la hubiese tenido a mano.
“Sin trabajar mucho la masa, se echa ya en los cajetines de papel, que se deben tener preparados de antemano y que no han de llenarse del todo, porque en el horno la pasta crece. Si se prefiere, se puede llenar un molde grande, pero es más agradable en moldes chicos y es el tipo clásico”. Por cierto… los moldes los preparé yo misma con papel de horno, no son complicados de hacer, aunque imagino que podéis encontrarlos fácilmente en tiendas.
“El horno debe estar caliente sin exageración”. En mi caso el horno estaba a 170º, con calor sólo abajo y ventilador, tardaron unos 12 minutos en estar listos.
“Al sacar del horno la golosina, se espolvorea con azúcar molido”.
“Nunca está mejor que servida al salir del horno”.
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