INGREDIENTES:
1.500 kg. Mejillones
1 kg. Tomates maduros
1 Cebolla grande
1 Pimiento verde
3 Dientes de Ajo
2 Guindillas o Cayenas
200 ml. Vino Blanco
1 cucharada sopera de Harina
1 cucharadita de Azúcar
1 Hoja de Laurel
Perejil picado
Aceite de Oliva
Sal y Pimienta negra
ELABORACIÓN:
Pondremos una olla al fuego y cuando el agua esté hirviendo, echaremos los tomates a los que les habremos hecho una cruz con el cuchillo por la parte de abajo. Los coceremos durante 30 segundos.
Los escurriremos y los dejaremos enfriar en un recipiente con agua fría y cubitos de hielo, para cortarles la cocción. Una vez fríos los pelaremos fácilmente y los trituraremos con un batidor eléctrico.
Para abrir los mejillones los pondremos en una cazuela ancha con un poco de agua y una hoja de laurel. Taparemos la cazuela y cuando se abran las conchas los escurriremos, reservando el caldo de la cocción.
Para hacer la salsa pondremos aceite de oliva en una cazuela y cuando esté caliente echaremos la cebolla y el pimiento bien picados. Removeremos y rehogaremos durante unos 2 minutos y añadiremos el vino blanco.
Cuando haya evaporado el alcohol agregaremos el tomate al que le habremos añadido una cucharadita de azúcar para quitarle la acidez. Añadiremos las cayenas y salpimentaremos. Cocinaremos la salsa durante unos 15 minutos.
En una cazuela más grande pondremos aceite de oliva y agregaremos los ajos picados. Antes de que se doren incorporaremos la harina, removiendo durante un minuto para que se cueza la harina.
Incorporaremos la salsa de tomate y lo mezclaremos todo. Añadiremos un poco del caldo de hervir los mejillones, que previamente habremos colado con un colador de tela. Agregaremos abundante perejil picado.
Finalmente añadiremos los mejillones a los que les hemos sacado una de las dos cáscaras. Cocinaremos todo junto durante unos tres minutos más.
Es conveniente dejarlos reposar como mínimo durante una hora ya que los sabores quedarán más concentrados.