Retomo el blog de unas vacacaciones necesarias y disfrutadas al máximo. 11 libros devorados, días de piscina, playa, familia, paseos en bici y fotos muchas fotos para capturar recuerdos en la memoria y aderezarlos con imágenes de momentos vividos. Un montón de kilómetros de carretera hasta llegar a mi bella tierra, Extremadura. Otros tantos de vuelta, con paradas en Salamanca, Burgos y unos días más (por segunda vez en el verano) en Logroño. Algunos más en avión para disfrutar de Menorca, con sus paisajes rocosos y sus espléndidas calas recónditas donde perderte y fundirte con el azul mediterráneo.
El verano se va acabando pero oficialmente no lo hace hasta el 21 de Septiembre. Y pesar de que todos vamos entrando en rutinas, vuelta al trabajo, a las actividades diarias, no hace falta que dejemos atrás el mojito y su indiscutible sabor y olor a hierbabuena. No es un adiós, es un hasta pronto. Hoy: mojito cheesecake para que el verano siga vivo en nuestros paladares.
* Todo el atrezzo que ves en las fotos, los he ido haciendo en el Curso de mesas dulces de Little Noa. El fondo, los portraretratos, el libro como soporte, los recipientes de cristal decorados, las cucharas con washitape y hasta las blondas teñidas. Aún tengo más, que irás viendo en mis fotos. Gracias, Marta, por tu enseñanza.
Ingredientes (¡RECETA SIN HORNO!)
Para la base
200 g. de galletas digestive
80 g. de mantequilla
Para el relleno
300 g de agua
1 ramillete de hierbabuena
1 sobre de gelatina sabor limón o lima (si la encuentras) (85g.)
400 g. de queso de untar
200 g. de nata (crema de leche) liquida
40 g. de azúcar
Tritura la galletas. Añade la mantequilla derretida hasta lograr una masa homogénea. Presiona la masa en la base de un molde engrasado y reserva en el frigorífico.
Calienta el agua hasta llevarla a ebullición junto con la hierbabuena. Deja que se enfríe un poco con la hierbabuena dentro. Retírala antes de seguir con el proceso. Mezcla el sobre de gelatina hasta que se haya integrado completamente. Si te gusta el color verde, añade unas gotas de colorante alimenticio.
Mezcla el queso con el azúcar y la nata (crema de leche) (no hace falta montarla) hasta que estén perfectamente integrados. Añade poco a poco la mezcla de la gelatina y obtendrás lo que será el cheesecake. Puedes hacerlo con una varilla a mano para que se incorporen bien las dos mezclas. Vierte con mucho cuidado (puedes usar una cuchara del revés para que no te rompa la galleta) sobre la base.
Refrigera al menos 8 horas o hasta el día siguiente. Puedes meterla también un par de horas al congelador para hacer un semifrío de mojito cheesecake, espectacular.
Decora con nata montada (crema de leche) y unas limas cortadas muy finas.
Gracias por tu fidelidad al blog. Ya sabes que puedes dejarme un comentario más abajo, que me hace mucha ilusión o ayudándome compartiendo en redes sociales. Muchas gracias.
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