Hoy la cosa va de limas y de limones. Tan amargos ellos, sinónimo de sinsabores y disgustos. Algo así como el lunes del mundo de las frutas. O eso piensa todo el mundo. A nosotras nos saben a verano. A helados Calipo en la playa. A caramelos Sugus. A cócteles al sol o en las fiestas de San Mateo. Porque todo depende de como se tome uno las cosas, y nosotras hacemos caso al refrán de Si la vida te da limones, hazte una mousse de lima-limón (O algo así ¿no? ;)).
Y no es que me haya vuelto loca (o eso quiero pensar), pero parece mentira que un sabor o un olor pueda traer tantos buenos recuerdos.
No os miento si os digo que, el otro día, entre limas y limones, de repente me vi montada en mi bici comiéndome un flash de los de 15 pesetas y, en menos de un minuto, me visualicé tomando un mojito bajo la lluvia (mala idea ir al Caribe en temporada de huracanes) mano a mano con la otra mitad del blog.
Después de mi momento de locura transitoria, volví a la realidad, me puse un poco de música y preparé esta mousse súper esponjosa, con sus burbujitas, que no duró ni un asalto una vez estuvo lista para comer. Y eso que en esta casa, son más de hacerse Gin-tonics con el limón que otra cosa :). ¿Quién se anima a preparar nuestra mousse?
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Mousse de lima-limón
Tipo de receta: Postre
Tiempo de preparación:
Tiempo de cocinado:
Tiempo total:
Raciones: 2
Ingredientes…
4 huevos.
1 lima.
1 limón.
100ml de leche.
200ml de nata (crema de leche) para montar.
250g de azúcar.
Con las manos en la masa…
Exprimimos la lima y el limón. Mezclamos el zumo resultante con el azúcar en un bol hasta que se integren perfectamente. Reservamos.
Cogemos los huevos, separamos las claras de las yemas y montamos las claras a punto de nieve. Echad una pizquita de sal para ayudaros.
Incorporamos las claras montadas al azúcar con el zumo. Hacedlo con ayuda de un tenedor o de unas varillas pero que no sean eléctricas. No queremos que se bajen las claras, así que id realizando movimientos envolventes hasta que esté todo integrado.
Batimos la nata (crema de leche) hasta que esté montada y la añadimos a nuestra mousse.
A continuación, cogemos las yemas que teníamos reservadas, las batimos, las mezclamos con la leche y las calentamos en una cazuela durante unos 5 minutos, no hace falta que lleguen a hervir. Las retiramos del fuego y esperamos a qué estén a temperatura ambiente para añadirlas a nuestra mousse. De nuevo mezclamos, sin varillas eléctricas, simplemente removiendo hasta que tengamos una mezcla homogénea.
Echamos la mousse en cuencos individuales, metemos en la nevera al menos un par de horas y ¡a comer!
3.2.2310