Hoy vamos a darle un poco de color al blog, que las recetas que he preparado últimamente están muy ricas pero me estaba mirando la portada y tiene poco colorido para la época en la que estamos. Sí, ya estamos en verano!! oficialmente desde las 22:34h de ayer día 20, si no me han engañado los señores de El Tiempo.
Estoy en proceso de reconciliarme con el verano, damas y caballeros. Es por un motivo puramente adaptativo. Si todo va bien tengo previsto vivir unas cuantas décadas más y eso son “unos muchos” veranos que me quedan por vivir. Teniendo en cuenta que cada uno dura en España del orden de 4 meses (3 oficialmente, pero no nos engañemos, el calor dura de principios de Junio a principios de Octubre), no voy a pasarme un tercio de mi vida refunfuñando por el calor. Así que sí, me he puesto seria con este tema y he decidido no quejarme del “caloret” y dar gracias por poder disfrutar de él, que no todo el mundo puede.
Para la primera receta de mi nueva relación renovada con el verano he preparado algo muy sencillito, muy sano y muy resultón. Son unas nectarinas “confitadas” con romero, menta y un chorrito de orujo casero. Pongo confitadas entre comillas porque no se si estoy siendo sacrílega al usar ese término, ya que no llevan nada de nada de azúcar excepto el que pueda llevar el orujo.
Pienso que tenemos que redescubrir el disfrute de las comidas por su propio sabor. Tenemos, y hablo en general pero me incluyo, el gusto adormecido por salsas de tomate con azúcar, macedonias con almíbar, tartas de limón que ya no saben ácidas de la cantidad de azúcar que llevan… No soy una talibán del azúcar, yo no he dejado de tomarlo, pero sí intento reducirlo lo máximo posible y si se puede, como es en el caso de esta receta, se suprime del todo. Las frutas y las hierbas aromáticas con su sabor.
Nectarinas “confitadas” con romero, menta y orujo
8 nectarinas con su piel
200 ml. de agua
100 ml. de orujo
2 ramitas de romero
10-12 hojas de menta
2 cucharadas de yogur natural por ración (opcional)
Lavamos las nectarinas, las deshuesamos y las cortamos en 8 gajos cada una.
Ponemos un cazo con el agua, el orujo, el romero y la menta. Añadimos las nectarinas y lo dejamos hervir a temperatura media durante 20 minutos. Veréis que la piel de la nectarina va perdiendo su color y se queda color melocotón. A cambio tenemos un juguito rosado monísimo y que quedará muy bien al servirlas
Una vez haya terminado de infusionar habrán quedado de piel y carne muy blandita. Lo dejamos enfriar y lo guardamos en la nevera unas horas antes de servirlo
Para servirlo pondremos unos gajos de nectarina, algo del jugo e intentaremos que no caigan hierbas más que para decorar y que se puedan retirar fácilmente (si no tenemos remilgos no hace falta). Opcionalmente pondremos un par de cucharadas de yogur natural.
El orujo que yo usé era casero. Lo estuve preparando durante más de medio año (de Mayo a Diciembre) gracias a una iniciativa de mi amiga Rosamary y su confitura del conco. Tras pasar todos esos meses añadiendo las frutas de la temporada a un bote lleno de Vodka y azúcar, al ir a hacer la confitura lo probé y “mon Dieu!!!”, ¡¡como orujo casero estaba riquísimo!! Ahí tengo una botellita en la nevera guardada para pegar de vez en cuando un chupitazo fresquito jajaja
No os voy a decir que uséis orujo casero para esta receta o no la prepararéis hasta Junio del 2017. Incluso si sóis de la liga antialcohol, sin él creo que también os quedará muy bien. Aunque creo yo (creo) que tras pasar 20 minutos hirviendo, del alcohol no queda nada. Al menos ni se nota.
Las hierbas aromáticas nos ayudan a darle un toque diferente a los platos sin tener que recurrir a productos sintéticos. Os tengo que confesar que mientras lo estaba preparando metí una cuchara en el cazo para comprobar si tenía buen sabor y al venirme ese aroma a romero me dio totalmente la sensación de haberme amorrado a una planta de las que nos encontramos cuando salimos a caminar. ¿Qué de recuerdos te traen los aromas y los sabores, verdad? Fue probarlo y trasladarme al día que hicimos la caminata Mollet-Montserrat, caminando por lo alto de la Serra de l’Obac, donde de repente te viene un intenso aroma a romero mientras te da el sol en la cara… si tenéis la oportunidad de hacer una excursión allí, no la dejéis pasar, vale la pena. Y las nectarinas confitadas en su aroma, también