Estos riquísimos panecillos se toman esencialmente como acompañamiento del borsh, la típica sopa de col y remolacha ucraniana, pero están estupendos con todo.
Son sencillos de hacer y quedan absolutamente fantásticos.
Ingredientes:
400 gr. de harina,
12 gr. de levadura fresca,
1 taza de agua,
1 cucharada de azúcar,
1 cucharilla rasa de sal,
5 cucharada de aceite de girasol,
3 dientes de ajo,
Perejil a discreción,
1 huevo.
Empezamos disolviendo la levadura y 100 gr. de harina en el agua tibia. Cinco minutos después añadimos el azúcar y otros 100 gr. de harina tamizada. Dejamos fermentar hasta que duplique el volumen.
Cuando la masa haya subido agregamos la harina restante, una cucharada de aceite, la sal y amasamos bien durante 5 minutos. Ponemos la masa en un bol y dejamos que fermente y leve de nuevo.
Amasa delicadamente para eliminar el aire y ves formando bolas ayudándote de algo de harina para bolear. Coloca ordenadamente las bolas, dejando bastante espacio entre ellas, en las bandejas o moldes elegidos, y ligeramente engrasados, para hornear el pan y deja que tripliquen su tamaño. El tiempo que tarde en alcanzar el tamaño varía pues depende de la temperatura, si ponemos los moldes en el horno apagado pero previamente calentado a 50 º C, levarán antes.
Pincela los bollos con el huevo batido y hornéalos, dependiendo del tamaño, durante 20- 30 minutos a 200 º C. Deben coger algo de color pero no demasiado.
Mientras se hornean las pampushkas, elaboramos la salsa de ajo y perejil poniendo en un vaso mezclador los ajos, 4 cucharadas de aceite, una cucharada de agua y un buen manojo de perejil. Batimos bien y reservamos.
Cuando nuestro pan esté horneado, en caliente y antes de sacarlo del molde, pincelamos generosamente con la salsa de ajo y perejil. Desmoldamos cuando entibie y tratamos de no probar hasta que esté frío.
Deben tener algo de magia porque desaparecen!