De esos días que extrañas mucho y.... no me quedó de otra que tratar de acercar a quienes extrañaba de la mejor manera que lo sé hacer, cocinando, y en esta ocasión no pude evitar preparar una receta que en verdad me costó trabajo recrear el mismo sabor, no porque fuese complicada, pues en realidad no lo es, más bien quería obtener el mismo sabor de aquella última ocasión en que mi madre me enseñó a cocinar, cuando tenía 9 años aproximadamente, y fue precisamente ésta, el resultado que obtuve me maravilló, pues en realidad me hizo sentir a mi madre cerca, como si me estuviese guiando... y éste fue el resultado...
Creo que además andaba muy sensible, pues en ese fin de semana viajó mi marido con nuestra hija mayor y nos dejaron aquí... y al tratar que mi hija de 6 se pusiera contenta y no extrañara tanto a su papá y a su hermana, pues me vino a la memoria el aroma y sabor de este rico pay de elote, que en verdad tenía mucho tiempo que quería recrear....
Lo mejor de todo fue que así dimos la bienvenida a mi marido y a mi hija, con una rica rebanada de pay de elote y una deliciosa taza de café spresso tal y como a él le gusta... doble o triple, jeje, pues en una mega taza jiji...
Ingredientes:
1 Lata de Granitos de elote (amarillo) drenada
1 Lata de Leche condensada (si no la consigues con 3/4 taza de leche común y 3/4 taza de azúcar)
2 Huevos
1 Cucharadita de mantequilla
1/2 cucharadita de canela en polvo (natural)
1/2 cucharadita de vainilla
1 Paquete de galletas Marías molidas
1 Barrita de Mantequilla extra para las galletas (base)
Procedimiento:
Colocamos las galletas dentro de una bolsa de plástico y las molemos con la ayuda de un rodillo, yo no me preocupo mucho si no se muele totalmente, no molesta encontrar uno que otro pedacito de galleta.
Fundimos la barrita de mantequilla en una sartén y agregamos la galleta, a mi me gusta dorarla un poco, le dará un rico sabor ese tostado extra.
Cuando tengamos bien integrada la mantequilla con las galletas y ligeramente tostadas, la colocamos como base en un molde o refractario, cubriendo las paredes y el fondo completamente.
Para preparar el relleno, simplemente colocamos el resto de los ingredientes en la licuadora, es decir, los granos de elote dulce (pueden utilizar elote tierno y crudo, sólo desgranen la mazorca y usen una taza, será una deliciosa variación al sabor).
Colocamos además en la licuadora la leche condensada, que si no consiguen, pueden substituirla con la leche común y el azúcar extra que menciono en los ingredientes, sólo tendrán que hornear un poco más de tiempo para que se cuaje completamente el pay, pero quedará igualmente delicioso.
Añadimos entonces la canela en polvo, los huevos, el trocito de mantequilla extra y la vainilla, sólo un poco, para que no sature el sabor del pay y esconda la canela. Procedemos a licuar completamente y listo!! hay que colocar ese delicioso relleno sobre la base de galleta y horneamos a 175º Centígrados hasta que cuaje y se dore un poco el pay y listo!! lo dejamos enfriar y adornamos con un poco de azúcar glass.
A mi me gusta colocar una blonda encima de algunos pasteles y espolvorear encima con la ayuda de un colador de malla fina un poco de azúcar glass, después retiramos la blonda o plantilla que hayamos utilizado con cuidado y listo!! quedará con un lindo detalle; en los ejemplos que les muestro en la fotografía superior izquierda utilizo, de izquierda a derecha, una blonda de papel, y dos portavasos de hilo, son artesanías propias de mi país, sólo están muy almidonadas para que hagan las veces de un portavasos, se ven lindos en una mesa mexicana con mantelería deshilada, en fin, creo que me desvié mucho del tema, jeje, el punto es que podemos utilizar cualquier carpeta tejida, que nos guste el diseño que tenga, o bien, una blonda de papel como les muestro, en realidad es sólo un pequeño detalle, podemos también adornar un poco el pay con un poco más de canela en polvo, espolvoreada, en fin...
Espero que esta receta les agrade y les deje un rico sabor de boca como el que a mí me ha dejado, y aunque no encontré el hilo negro ni es una receta muy sofisticada, créanme que a mí me hizo recordar y recordar, lindos momentos de mi más tierna infancia, de cuando estrenamos mi mamá y yo, un horno de convección, y que según recuerdo fue la última receta que ella me enseñó, y de la que ya traía revoloteando en mi cabeza desde hace mucho tiempo y además de vez en cuando me llegaba el recuerdo a mis papilas gustativas.
Creo que en esta ocasión maté dos pájaros de un tiro, pues a veces el extrañar a las personas que uno quiere nos hace hacer cosas o comer cosas o probar cosas que les gustan a esas personas para sentirlas más cerca, o no? yo me reconforté cocinando una sorpresa para recibir a una parte muy importante de los míos y preparándome un rico café como el que le gusta a mi esposo, jeje, y haciendo por fin esta receta que desde hace tanto quería recrear.