Y, lo que es más importante, mentalizar a los cachorritos de que, a partir del día D, tendrán que madrugar de nuevo, hacer deberes y dar por finalizado el verano.
Un horror, vamos.
Por eso este mes La cocina typical spanish quiere hacer un homenaje a todas las vueltas al cole de nuestras vidas a través de las recetas de nuestra infancia, esas que tanto nos gustaban de niños. O las favoritas de nuestros cachorritos.
En esta ocasión yo me he decantado por un sencillo plato de pollo al ajillo porque a mi madre le queda de lujo y porque el pollo es una carne que casi todos los niños aceptan de buen grado.
No he podido contar con la colaboración de mis cachorritos para elegir la receta porque la respuesta a mi pregunta (¿cuál es vuestra comida favorita?) fue, en un primer e indiscutible lugar, el cocido. Y me parece bien, pero con los 40º que estábamos soportando los primeros días de septiembre en Madrid, a mí no me entraba un cocido. A parte de tener ya dos versiones publicadas en el blog.
- Pues entonces, ¡la hamburguesa!
- Que no, cariño, algo typical spanish.
- Mmmmm.... ¡la tortilla de patata!
Y así hasta que se cansaron de mí...
Por eso he recurrido a uno de mis platos preferidos que, sin ninguna duda, le salen mejor a mi madre que a mí: el pollo al ajillo.
Cómo hacer pollo al ajillo {receta tradicional}
1 kilo de contramuslos de pollo troceados.
Puedes usar pechuga o un pollo entero, pero yo prefiero usar los contramuslos porque la carne es mucho más jugosa. Se los pido troceados al carnicero, listos para cocinarlos.
5 o 6 dientes de ajo.
aceite de oliva virgen extra.
2 cucharadas de harina.
1 vaso de vino blanco.
1 cucharadita de perejil picado.
En una sartén antiadherente, echamos un chorro de aceite de oliva y freímos 2 dientes de ajo, con su piel. Retiramos los ajos cuando estén doraditos.
Salpimentamos los trozos de pollo y los pasamos ligeramente por harina. Los freímos a fuego vivo en la sartén.
Retiramos y reservamos.
Quitamos el exceso de aceite dejando solo un culín y freímos en él el resto de los dientes de ajo cortados en láminas.
Añadimos el perejil.
Cuando el ajito esté doradito -que no quemado- incorporamos el pollo y vertemos el vaso de vino blanco, manteniendo el fuego algo para que se evapore el alcohol, un par de minutos.
Bajamos el fuego, pero cuidando que no deje de cocer y dejamos que se cocine la carne durante unos 15 minutos para que no quede cruda por dentro y la salsita coja consistencia.¡Listo para comer!
Lo bueno de este plato es que se puede consumir recién hecho, pero se conserva bien un par de días ya cocinado, de modo que se puede llevar perfectamente en el táper para comer en la oficina.
Acompáñalo de unas patatas fritas para deleite de los cachorritos y ¡un segundo plato delicioso!
Puedes ver todas las ideas de #lavueltaalcoleTS aquí.
Y, si lo que te apetece es conocer otras formas de cocinar el pollo, no te pierdas estas:
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Pollo con tomate. Jugoso y delicioso.¡Disfrutad del fin de semana!