Lo mejor es usar las pechugas del pollo ya que son más fáciles de cortar y el resultado será más vistoso. A la hora de comer si lo acompañáis con cuscús o arroz conseguiréis un plato excelente.
Las especias es mejor añadirlas al final de la cocción, para conservar más intenso su sabor y sobre todo su característico aroma. Siempre en pequeñas cantidades, para que no resulte demasiado fuerte y principalmente no amargue.
Ingredientes:
Para 4 personas
4 pechugas de pollo
1 calabacín
1 cebolla
2 o 3 dientes de ajo
1 pimiento verde, 1 rojo y 1 amarillo pequeños
1 cucharadita de curry
1/4 cucharadita de pimienta negra molida
2 o 3 guindillas
1 cucharadita de cúrcuma
1/4 cucharadita de jengibre
1/4 cucharadita de comino
1/4 cucharadita de nuez moscada
aceite
caldo de pollo
Preparación:
Cortad la cebolla y los pimientos en trocitos muy pequeños, como de 1cmx1cm y el ajo muy pequeñito. Cortad el calabacín también en trocitos muy pequeños y lo reserváis. Cortad la pechuga en trocitos pequeños de unos 2cmx2cm y lo reserváis.
En una cazuela poned aceite y rehogad la cebolla a fuego medio, le dais unas vueltas y añadís el ajo y el pimiento.
Cuando la cebolla y el pimiento ya casi esté, echad el calabacín y el pollo. Le dais unas vueltas y añadís las especias (no os volváis locos si os falta alguna, las imprescindibles son el curry, la pimienta negra molida y el cúrcuma). Ponéis un poco de caldo que cubra el conjunto y lo dejáis hervir unos 20 minutos o hasta que veáis que el pollo está tierno.
Lo podéis servir con cuscús o arroz blanco tipo Basmati.
¡ Seguro que os sale muy sabroso y apetitoso!