Puede que te haya ocurrido que guardes alguna receta y tiempo después al releerla te preguntas qué estabas pensando para guardar aquello o qué te gustaba exactamente, porque ya no lo entiendes.
Lo bueno de la cocina, dejamos a un lado la repostería, es que todo tiene remedio. Así descartando todos los ingredientes, que no me gustaban para nada de aquel bodrio que había guardado, me quedé con el más importante: el pollo. Lo demás ha sido muy fácil, ingredientes sencillos y conocidos sabiendo que te va a salir una buena receta. Y así fue, mira:
Ingredientes:
- 1 pollo troceado
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento amarillo
- 1 cebolla pequeña o 1/2 grande
- 3 dientes de ajo
- 1 vaso de vino blanco
- 1 vaso de caldo de pollo
- sal y aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
1. Salpimenta el pollo y empieza a dorarlo en una cazuela con aceite de oliva.
2. Corta los pimientos y la cebolla en tiras y los dientes de ajo picados. Añade a la cazuela y rehoga unas vueltas.
3. Agrega el vaso de vino y la misma cantidad de caldo de pollo. Si no tienes puedes disolver una pastilla de caldo de pollo en un vaso de agua.
4. Deja que hierva el guiso de nuevo y baja el fuego, le pones una tapa y dejas que se haga tranquilamente hasta que el pollo esté tierno.
Con unas patatas fritas tienes un plato completísimo y muy sabroso.
Mi tiempo es cada vez más limitado y llevo muchas semanas pensando que no puedo seguir el ritmo que me exigen tres publicaciones. No quiero dejar el blog en absoluto, aunque reconozco que más de una vez se me ha pasado por la cabeza porque al fin y al cabo esto es algo voluntario que se hace por puro hobby, así que a partir de la semana próxima reduciré las publicaciones a dos semanales.
¡Que disfrutes y que te cunda el finde!
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