No es excesivamente calórico para tratarse de un potaje y, como curiosidad os diré que, es uno de los platos favoritos de Isidro.
Ingredientes:
1/2 kg. de garbanzos
1 pulpo
2 cebollas
1 patata
1 pimientos rojos
sal y pimienta en grano
aceite de oliva
pimentón y laurel
Ponemos los garbanzos a hidratar la noche anterior con agua caliente y una pizca de sal o bicarbonato.
Hervimos el pulpo en abundante agua con una cebolla y una patata (dos si son pequeñas) peladas, y sal. Dependiendo del tamaño del pulpo tardará entre 1 hora y 3 horas.
Cuando el pulpo esté tierno, lo sacamos y pasamos por una procesadora la cebolla y la patata cocidas con un poco del caldo de la cocción hasta obtener una crema fina que reservamos.
Cocemos los garbanzos con algo de sal, unas hojas de laurel, unas bolas de pimienta negra y, cuando empiecen a estar tiernos, añadiremos a la cazuela la crema de cebolla y patata que habíamos reservado. Dejamos cocer a fuego medio.
En una sartén amplia pochamos la cebolla y el pimiento rojo picaditos no demasiado pequeños y, añadimos el pulpo troceado. Le damos vueltas durante unos minutos y le añadimos una cucharada de pimentón dulce. Removemos unos minutos más y volcamos el contenido de nuestra sartén en la cazuela de los garbanzos.
Dejamos que cueza todo junto para que se integren bien todos los sabores a fuego medio-bajo durante 10 minutos, rectificamos la sazón, apagamos el fuego y dejamos reposar 5 minutos antes de servir.
No se preocupe en absoluto si obtiene mucha cantidad, congela muy bien y además, como casi todos los potajes al día siguiente está todavía mejor.