Este potaje me lo pasa mi suegra, hija de Adela. Es perfecto para el tiempo de Cuaresma y Semana Santa y me comenta que ella lo hace indistintamente con garbanzos o alubias y que queda muy rico con ambas legumbres. La Yaya Adela lo hacía en cazuela de barro pero, si la placa de inducción o la vitrocerámica no os lo permite o no disponéis de cazuela de barro, seguro que quedará fenomenal en vuestra cazuela habitual.
Ingredientes:
1/2 kg. de judías o garbanzos rehidratados.
300 gr. de bacalao desalado.
1 cebolla,1 tomate y 2 patatas.
4 ajos, pimentón dulce y cominos.
espinacas frescas troceadas.
1 huevo y una rodaja de pan.
sal y pimienta y aceite de oliva.
Revisamos que tenemos las legumbres rehidratadas, el bacalao desalado y todos los demás ingredientes antes de empezar a cocinar.
Ponemos en cazuela de barro a cocer las legumbres y el bacalao troceado, bien cubiertos de agua caliente. Cuando alcancen el punto de ebullición ajustaremos el calor a medio-bajo.
Ponemos 5 cucharadas de aceite en una sartén y freímos el huevo y una rodaja de pan que posteriormente mojaremos con un poco de vinagre.
En el aceite que nos queda hacemos un sofrito con la cebolla y el tomate bien picaditos, salpimentamos y cuando esté listo le añadiremos una buena cucharada de pimentón dulce. Vertemos el sofrito en la cazuela de barro, añadimos unos minutos después las espinacas cortadas y las patatas, chascándolas en trozos no demasiado grandes. Dejamos la cazuela cocer a fuego lento hasta que las legumbres estén tiernas.
Mientras cuecen las legumbres, hacemos nuestra picada machacando en el mortero, o en la batidora, los ajos fritos, un poco de pimienta, el huevo y el pan fritos que habíamos reservado y una cucharadita de cominos.
Cuando las legumbres estén tiernas, añadimos la picada, removemos bien, rectificamos de sal y dejamos cocer todo junto 5 minutos más.
Nos hemos permitido “tunear” un poco el emplatado de este potaje y lo hemos servido decorando cada plato con un huevo de codorniz y unas hojas de espinacas fritas.