Tiempo de preparación: 30 minutos (+ 2 horas de refrigeración)
Utensilios necesarios: Molde desmontable de 80 cm y batidora / procesador
Qué…¿Cómo os habéis quedado con este nombre?
¡Pues el sabor es más alucinante todavía!
Amigos…Esta tarta es cómo mi hijo. Es, sin duda alguna, mi receta preferida del blog.
Con esta tarta cumpliré 30 años, no me quiero poner filosófica, pero cumplir una edad cómo esta se merecía una gran tarta.
Mi idea era subirla dentro de dos semanas, pero he pensado que es una pena subir esta maravillosa tarta cuando ya apenas queden higos para que podáis hacerla.
Mientras pensaba esto, me llegó un mail de una lectora que me comentaba algunas cosas, al final salió que el día 14 era su cumpleaños ( ¡¡Felicidades Elsa!!) y finalmente se despidió diciendo que tenía muchas ganas de esta la tarta.
Así que lo vi claro:
¡A publicar esta delicia ya!
La Cheescake de higos a la miel con albahaca se fraguó en mi mente, literalmente, de la noche a la mañana. Me acosté con unos sabores y aromas en la mente, la idea estaba ahí…higos, miel…albahaca, una tarta blanca…y cuando desperté por la mañana la escribí en un trozo de papel cómo si de una canción se tratase.
Tras un par de pruebas, nació esta delicia al son de “Backgammon” de mi amado violinista Ara Malikian. La podéis escuchar en la banda sonora de mi cocina. Y si alguna vez tenéis la oportunidad de verlo en concierto, solo puedo deciros que no os arrepentiréis.
¿Preparados para subir al cielo?
Vayamos a preparar los siguientes ingredientes :
PARA LA BASE:
– 100 gr de almendras (pueden ser sin pelar)
– 100 gr de dátiles
– 1 cuchara sopera de panela
– 1 cuchara de postre de zumo de limón
– 1 cuchara sopera de aceite de coco virgen extra
– Una pizca de vainilla
– Una pizca de sal
PARA EL RELLENO:
– 120 gr de anacardos remojadas de la noche anterior
– 100 gr de almendras marcona peladas remojadas de la noche anterior
– 5 higos grandotes
– 4 cucharas sopera de miel de abeja
– 4 cucharas soperas de aceite de coco virgen extra
– 200 ml de leche vegetal sin azúcar (yo hoy utilicé de avena)
– 2 cucharas soperas de zumo de limón
– Una pizca de sal (Justo lo que quepa entre dos dedos, utilizamos la sal cómo potenciador de sabor, no para que tenga sabor salado)
– Una pizca de canela (Justo lo que quepa entre dos dedos, la tarta no tiene que saber a canela)
PARA EL TOPPING O DECORACIÓN:
Los imprescindibles son:
4 o 5 higos más que pelaremos (si no son ecológicos) y cortaremos en láminas para depositarlas sobre la tarta
Unas 10 hojas de albahaca
Un puñado de pistachos
A partir de aquí, ya es cuestión de gustos, imaginación o lo que tengáis por casa.
Yo además de los higos y la albahaca y pistachos, he utilizado un poco de polen de abeja, pero cómo os digo, ya es cuestión de gustos
¡Vamos con el procedimiento!
1) En la batidora /procesador, batimos los ingredientes de la base hasta que esté todo bien picadito. Esta masa la vamos a presionar sobre el molde de forma homogénea. Reservamos en el congelador.
2) Batimos en la batidora /procesador los anacardos con el aceite, la leche y el zumo de limón. Cuando comience a tener una textura suave, vamos añadiendo las almendras peladas. Batimos hasta tener una mezcla lo más suave y cremosa posible. Hay que tener un poco de paciencia, pero se consigue. Añadimos la miel y la sal. Vertemos la mezcla en un bol.
4) Troceamos los higos cómo en la foto y los mezclamos delicadamente con una paleta o cuchara con el relleno. Vertimos la mezcla sobre el molde y reservamos entre 2 y 3 horas en el congelador. Tiene que estar bien firme, no congelada, pero prieta.
¡La tarta está lista para desmoldar!
La decoramos con los higos, los pistachos y la albahaca y…
¡A disfrutar!
Si sobra algo, os recomiendo cortarla en trozos y guardarla en el congelador en un táper, así podréis sacar los trozos que vayáis a consumir (siempre unos 10 o 15 minutos antes) de forma más cómoda, y el resto de la tarta se mantiene en perfectas condiciones.
Bueno…pues ya he parido …
Espero que la disfrutéis tanto cómo la hemos disfrutado por aquí.
Y recordad…
Las recetas están para cambiarlas
¡Un abrazo enorme gastrolovers!