Muchas noches llegamos a casa sin muchas ganas de cocinar, pero eso no significa que no podamos comer algo sano y sabroso sin tener que hacer mucho esfuerzo. Esta Coca de jamón y rúcula es un claro ejemplo de receta fácil y apañada, muy útil incluso si tenemos invitados.
Está inspirada en una pizza que comí hace ya bastante tiempo en Venecia. Por aquel entonces no había probado ninguna pizza en la que los ingredientes se incorporaran después de cocerla y la idea me gustó. Hoy en día, podemos encontrarlas de este tipo en muchos locales del país.
Como en el caso de la Coca de foie y manzana, utilizo la masa finisima de Buitoni, que da muy buen resultado para este tipo de preparaciones, quedando crujiente y siendo muy fácil de preparar.
Los ingredientes que necesitamos son:
masa de pizza
huevo
jamón
rúcula
Introducimos la masa de pizza en el horno precalentado a 180 grados, donde lo tendremos durante unos 10 minutos aproximadamente. La pondremos en la bandeja ya cortada en porciones, para que los bordes se tuesten ligeramente. Si, además, con los dedos le damos pequeños pellizcos en los bordes, como montándola sobre ella misma, nos quedará aún más crujiente y apetecible.
Mientras la tenemos en el horno, preparamos el resto de los ingredientes. Separamos la yema de la clara de los huevos, reservando esta última y batimos ligeramente la yema. En cuanto saquemos la masa del horno, pintaremos la masa con la yema con ayuda de un pincel de cocina.
Cubrimos con las lonchas de jamón, que podemos cortar en trozos un poco más pequeños si queremos facilitar la degustación, y dejamos reposar un par de minutos. Mientras pierden un poco de calor, veremos como la grasa del jamón se deshace ligeramente, otorgándole a la pizza un toque untuoso.
Cubrimos con la rúcula y ya la tenemos lista para servir. ¡A disfrutar!