Si no los habéis probado os animo a hacerlos. Son muy sencillos de elaborar y no se ensucia casi nada.
Ingredientes (para unos 30 rollos):
1 vaso de zumo de naranja (250 ml).
1 vaso de azúcar.
1 vaso de aceite de girasol. Yo le he puesto 100 ml de aceite de oliva y el resto de girasol.
La ralladura de una naranja.
1 chorrito de anís (opcional).
600 gramos de harina normal. Yo he usado gallo.
1 cucharada rasa de bicarbonato.
Una pizca de sal.
Un poquito de canela (al gusto).
Azúcar (para echar por encima a los rollos).
Aceite de girasol para untarnos las manos.
Preparación:
Precalentamos el horno a 180 grados con calor arriba y abajo. Ponemos en un bol el zumo de naranja, el azúcar, el aceite, el chorrito de anís, la pizca de sal y un poquito de canela. Batimos con las varillas hasta que esté todo bien integrado. Echamos el bicarbonato. Mezclamos y vamos echando poco a poco la harina y mezclando a la vez.
Tiene que quedar una masa blanda pero fácil de manejar si nos untamos las manos con aceite.
Cubrimos una bandeja de horno con papel vegetal. Vamos cogiendo porciones de masa y haciendo bolitas. Hacemos un agujero en medio y vamos girando hasta que se forme el rollo. Así con todos.
Con esta masa salen unos 30 rollos (depende del tamaño). Yo he hecho 2 bandejas de 12 rollos y el resto de masa que me ha quedado la he tirado porque eran muchos rollos ya, jejeje.
Antes de meter al horno les echamos azúcar por encima. Horneamos 15 minutos si queremos que nuestros rollos queden blanditos por dentro y 20 minutos si queremos un rollo mas durito y crujiente. A mi personalmente me gustan de las dos formas.
Sacamos y dejamos enfriar.
NOTA: Al sacarlos notaremos que todavía quedan un poquito blandos pero conforme van enfriando se van endureciendo.