Pocos, poquísimos platos de comida tienen una calle dedicada en su honor. En Córdoba, el ayuntamiento de la ciudad –a instancias de la Cofradía del Salmorejo- cambió el nombre de la calleja del Arco por el de la calleja del Salmorejo Cordobés. Ocurrió el 10 de diciembre de 2014 y para conmemorarlo se puso un gran azulejo de cerámica con la receta, así no habría ni un cordobés que pudiese alegar desconocerla. La calleja está en pleno barrio de la Judería, entre el Alcázar y la Mezquita. El salmorejo es uno de los tres platos estrella de la cocina cordobesa. Los otros dos son el flamenquín y el rabo de toro. Igual dentro de unos años tienen también una calle con su nombre. El salmorejo es fácil de hacer. Es primo hermano del gazpacho. Pero mientras éste lleva pepino y pimiento, el salmorejo sólo lleva como ingrediente principal el tomate, no se le añade agua e incluye más pan que el gazpacho. Otro rasgo distintivo es que el salmorejo cordobés lleva huevo picado y trocitos de jamón. Es ideal comerlo cuando aprieta el calor. Bien fresquito es un alimento de primera. Para que no tengáis que ir a la calleja cordobesa a leer el azulejo de cerámica, aquí os dejamos la receta.
RECETA
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INGREDIENTES
1 kg de tomates maduros.
200 g de pan.
100 g de aceite de oliva virgen extra.
1 diente de ajo.
10 g de sal.
2 huevos duros.
Unas lonchas de jamón ibérico.
Tomates cherry macerados (opcional).
PREPARACIÓN
Lavar los tomates.
Con una batidora o con Thermomix triturarlos bien. Pasar por un colador para quitar la piel y las pepitas.
Volver a triturar añadiéndole el pan, el aceite, el ajo y la sal.
Dejar en la nevera hasta el momento de servir.
En el momento de servir decorarlo con huevo duro, jamón ibérico picadito y un tomatito cherry macerado.