Con la llegada del buen tiempo va apeteciendo un buen tazón de salmorejo o de gazpacho.
A menudo surge confusión en algunas personas en torno a estos dos platos representativos de la gastronomía andaluza, y pese a que tienen profundas similitudes, también se observan algunas diferencias destacables.
Ambas son cremas frías, que colocan al tomate como protagonista, sin embargo, el gazpacho es más una sopa, mientras que el salmorejo alcanza el grado de emulsión, de lo que resulta una textura más espesa.
El gazpacho, además de incorporar tomate, aceite de oliva, ajo y pan duro, suele incluir aparte pepino y pimiento.
En cuanto a su origen, el salmorejo, como muchos sabrán, es tradicional de Córdoba, sirviéndose habitualmente como un primer plato.
Pese a estar ampliamente instaurado en toda nuestra geografía, habiendo incluso captado la atención de la industria alimentaria, se trata de un plato relativamente reciente, que nació a finales del silo XIX y principios del siglo XX.
A modo de curiosidad, mencionar, que según la Cátedra Gastronomía de Andalucía, la mitad de los cordobeses afirman haber consumido salmorejo el último mes, y un 35% cada semana.
Al igual que ocurre con su homólogo, el gazpacho, era un plato que típicamente consumían los jornaleros del campo para paliar el intenso sol abrasador de Andalucía.
No cabe duda, de que no solo es un plato rico y refrescante, sino que también resulta nutricionalmente excepcional.
Contiene una elevada cantidad de fibra vegetal, un elemento beneficioso para nuestra salud gastrointestinal y que suele dejarse de lado en muchas dietas, sin olvidar las vitaminas E y C y los antioxidantes, por no hablar del licopeno presente de manera natural en el tomate.
Os recomiendo echar un vistazo a la receta de salmorejo de Nutricienta, ya que además de que la autora es nutricionista y cordobesa, detalla excepcionalmente todos sus nutrientes y la historia de este plato. Aunque la receta no es con Thermomix creo que su página de recetas es única y os sorprenderá.
Por todo esto, nada mejor, independientemente de la época en las que nos encontremos, que preparar un delicioso salmorejo.
Además, gracias a nuestro robot de cocina Thermomix, obtendremos un salmorejo de textura fina y sedosa, como difícilmente lo conseguiríamos sin él.
Vamos con la receta.
Ingredientes:
Tomate pera muy maduro 1 kg.
Ajo de Las Pedroñeras 2 unidades
Hogaza de pan (telera idealmente) 200 g
Aceite de oliva virgen extra 200 ml
Sal
Elaboración:
Para asombro de muchos, el salmorejo canónico tan solo hace uso de 5 ingredientes, que recomiendo encarecidamente, sean de la mejor calidad que tu bolsillo pueda pagar. De ellos dependerá exclusivamente el sabor de este plato, que sin duda muestra un profundo respeto por el producto. Opcionalmente, si lo quisiéramos, podríamos agregar un poco de vinagre de Jerez.
Lavaremos bien los tomates, que como advertí en el apartado de ingredientes, deben estar muy maduros. Nos fijaremos en su piel, que presentará un color rojo intenso y ligeramente brillante. Al tacto, se intuirá suave, y al apretarlo, no se chafará por estar demasiado blando, pero tampoco mostrará demasiada resistencia, es decir; ni duro ni blando, en un punto intermedio.
Introduciremos los tomates tal cual por el bocal de la Thermomix, junto a los ajos. Programaremos 1 minuto a velocidad 7, y colaremos por un chino, desechando la parte sólida, que principalmente serán pepitas y hollejos. Rescataremos la parte líquida, que es la que nos interesa para el salmorejo. La pulpa sólida puede emplearse, por ejemplo, como base para una pizza.
Verteremos en el vaso del robot el agua de tomate, la sal, el aceite y el pan. El uso del aceite de oliva virgen extra es innegociable, desplegándose aquí una serie de opciones en las que es interesante detenernos. Personalmente, me inclino por la variedad Picual, aunque su personalidad arrolladora puede llegar a eclipsar en parte al resto de ingredientes.
Si no queremos un sabor a aceite tan pronunciado, nos iremos a un Arbequina, mucho más frutal y sutil. En cualquier caso, insisto, siéntete con total libertad para utilizar el que más te guste o tengas más a mano. Aclarado esto, tan solo nos queda homogeneizar la mezcla programando 7 minutos a velocidad 9, tiempo más que suficiente para conseguir la textura deseada.
Dispondremos en cuencos el salmorejo, y correctamente tapados con papel film, los mandaremos a la nevera, donde deberán estar al menos una hora antes de su consumo. Recuerda, que si lo refrigeraras en una jarra, o directamente en el vaso de la Thermomix, tardaría considerablemente más en enfriarse, por lo que recomiendo hacerlo ya racionado.
Finalmente, y como sugerencia de presentación, no puedo hacer otra cosa que recomendaros acompañarlo con unas lascas de jamón ibérico, a lo que podemos añadir un huevo cocido finamente picado. Para cocer el huevo, el punto ideal se lograría hirviéndole durante 9 minutos, ni un minuto más, ni un minuto menos. ¡A disfrutar de este delicioso y refrescante manjar!
Puedes ver la receta así como otras muchas recetas hechas con Thermomix, así como consejos para sacarle el maximo partido, en la web de Cocina Thermomix.