Leí hace tiempo que no solo somos lo que comemos, sino que también hablamos sobre lo que comemos. Y Vds. saben que eso me suele ocurrir a mi: suelo hablar muchísimo, no hay quien me pare cuando cojo el hilo y por supuesto escribo sobre lo que suelo comer….
Los alimentos, las recetas, la cocina tradicional, los ingredientes pasan a ser un casi un símbolo de cada lugar de origen, se convierten también en parte del conocimiento popular, en tradición oral y en los últimos tiempos escrita e incluso grabada….y como no, también llega a ser parte de la cultura, del habla y del refranero español al que soy tan aficionada y que suelo usar con frecuenta.
Hace unos pocos días, en mi calle, aún estaban los naranjos llenos de manzanas de oro como denominaba la mitología a tan deliciosa fruta.
Y es que Málaga, sus calles, sus plazas, sus valles…están pobladas de naranjos, como si del Jardin de las Hespérides del monte Atlas se tratara. Una fruta tan valiosa en la gastronomía malagueña como para los dioses griegos; nada más hay que echarle una visual a recetas como la ensaladilla malagueña, las sopas cachorreñas y un largo etc. que podrán descubrir en Mi Cocina.
Los naranjos de las calles malagueñas no se comen, son cachorreñas, naranjas amargas, no están injertadas.
Así que, cada vez que llega el mes de Enero se recogen miles de kilos de los árboles de los barrios, plazas, parques y rincones.
Hasta hace unos años destinadas a transformarlas en mermelada de naranja amarga para el mercado británico y francés, cuyos desayunos tenían Sabor a Málaga. E incluso en confitura (al cocer las naranjas en almibar) La cáscara se empleaba para pienso de los animales e incluso para hacer pólvora, aunque nuestros mayores la secaban al sol y la cáscara quemada perfumaba las "copas" de carbón y los hogares colocándolas incluso detrás de las puertas o en la cocina.
El destino era Sevilla, donde la cáscara se empleaba como pienso para animales, pero el grueso del envío se transformaba, con la ayuda de miel y azúcar, en mermelada de naranja amarga o bien confitura (al cocer las naranjas en almíbar). Todo este cargamento se mandaba al Reino Unido y en menor parte a Francia para alegrarles el desayuno a ingleses y franceses.
La naranja, en nuestro país, fue utilizada en un principio con fines decorativos, debido a su sabor amargo pero más tarde se consiguieron variedades más dulces que los árabes denominaron naranche que deriva de arangus que es como la llamaban los persas.
Se dice que era cultivado en épocas remotas, desde hace milenios y que tuvo su origen en el Sur de China. La Ruta de la seda fue la causante de la propagación del naranjo por todo Oriente, siendo una vez más los árabes quienes la introdujeron a través del Sur de España en toda Europa.
Y así, Málaga, sus valles, sus tierras llenas de inmensas plantaciones de naranjos, se llena de sus frutos. Es cuando las naranjas de comé están en su áuge, en pleno invierno y aún hoy quedan algunas colgadas de sus ramas cuando ya casi huele a primavera.
En breve los naranjos empezarán a mostrar sus blancas flores, abiertas, fragantes, que embriaga y cautiva, que perfumarán ésta tierra que llaman el paraíso. Un olor que nos avisa que se acaba el invierno, que llega Semana Santa, que nos adentra a las suaves y deliciosas sensaciones del buen tiempo….y que nos dice: ya es primavera. ¡¡ Ya huele a azahar !!
Olor profundo intenso, dulce, fuerte y delicado al mismo tiempo…..pero aún nos queda el olor de las naranjas, de su piel secada al sol y quemada en la lumbre, un olor que nos cautiva, esencia y reclamo de antiguas herencias malagueñas.
Con ésas naranjas de los valles de Málaga, he preparado ésta receta.
¿Como lo hice?
Ingredientes para dos personas:
Un solomillo de cerdo, medio vaso pequeño de coñac, dos naranjas, medio vaso de caldo de carne (usé puchero malagueño), dos naranjas, una cebolla mediana blanca (tipo cebolleta, dulce), dos dientes de ajo, sal y seis cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño).
Los pasos a seguir:
Cortar el solomillo en rodajas redondas (no alargadas).
Picar la cebolla y los ajos en trozos pequeños.
En una cacerola plana, amplia, echar el aceite y pochar la cebolla junto con el ajo durante unos minutos, cuando comience a dorar colocar encima las rodajas de solomillo, salar al gusto, ir removiendo y dejar hacer hasta que estén doraditas (cuidando de que la cebolla y el ajo no se lleguen a quemar)
Echar el coñac, dejar evaporar y añadir el caldo de carne. Llevar a ebullición y dejar cocer unos minutos.
Apartar del fuego y sacar la carne, reservándola.
Mientras pasar la salsa a la batidora agregando el zumo de las naranjas.
Colocar nuevamente los trozos de solomillo en la cacerola, pasar la salsa por un colador sobre la carne y cocinar a fuego medio durante dos o tres minutos, dando la vuelta a la carne de vez en cuando. Rectificar de sal si fuese necesario.
Al emplatar servir con rodajas de naranja….y hojas de cilantro fresco.
Todo sea dicho de paso...recogieron las naranjas cachorreñas en Málaga y dejaron un sólo árbol, el de mi calle, cuajaito de naranjas aún hoy.
Y hablando de naranjas, les dejo unos cuantos refranes populares:
-La naranja y la granada, antes que nada.
-Ten un naranjo agrio en tu corral y tendrás botica para ti y tu vecindad.
-Naranja agria en ayunas, salud segura.
-La naranja y el limón, lo que den, sin estrujón.
-La naranja por la mañana es oro, al mediodía plata y por la noche mata.
¡¡ Buen provecho, disfruten de éste largo fin de semana, día 28 Dia de Andalucia, que se celebra el próximo lunes....Sean felices !!