Cuando estemos aburridos de comer o cocinar el pollo siempre de la misma manera, conviene recurrir a la inventiva, abrir la nevera, abrir la despensa y arriesgarnos a innovar. Mucho o poco. Unas veces acertaremos, otras no.
INGREDIENTES
Solomillos de pollo
Una cebolla
Dos dientes de ajo
Champiñones
Una cucharada de harina
Un vaso de vino blanco
Un brick de leche evaporada
Queso rallado
Aceite de oliva extra virgen
Sal y Pimienta.ELABORACIÓN
Calentamos dos cucharadas de aceite en una sartén y sellamos los solomillos. Reservamos.
Pelamos y picamos fino la cebolla y el ajo y las ponemos a rehogar en la misma sartén en la que sellamos los solomillos.
Mientras se hacen, lavamos y picamos los champiñones. Los incorporamos a la sartén con la cebolla y damos unas vueltas.
Ponemos la cucharada de harina y movemos para que no se queme.
Añadimos el vino y dejamos que evapore.
Finalmente añadimos la leche evaporada en cantidad suficiente para conseguir la textura que queramos de salsa. Pensar que siempre reducirá.
Dejamos que se cocine la salsa a fuego lento unos cinco minutos.
Finalmente añadimos unas cucharadas de queso rallado, moviendo bien para que no se apelotone ni se queme, incorporamos el pollo y dejamos diez minutos a fuego muy lento.