Cuando el tiempo arrecia, los platillos tradicionales cobran protagonismo, haciendo más apacibles los duros días de invierno.
Las sopas han formado parte de la gastronomía española desde tiempos inmemorables, convirtiéndose en una solución nutritiva, funcional, económica y muy rica. De entre todas las sopas que salpican nuestra geografía, la sopa de ajo tradicional es sin duda la más popular.
Los orígenes de la sopa castellana, como también se le conoce a esta receta, son tan humildes como sugiere su nombre, que ya nos da pistas sobre su protagonista.
Nació, como tantos otros platos, motivado por la carestía que azotaba a las zonas rurales de España, reuniendo en un mismo puchero aquellos productos que se encontraban más a mano, incluyendo además del ajo un poco de pan sentado.
Llegó de la mano de pastores labriegos en una aldea de Castilla, y pronto se extendería al resto del país, colándose sobre todo en las casas de los pastores, que a menudo consumían esta sopa en el almuerzo, y en la cena como reconstituyente.
Tanta fama alcanzó, que alcanzó el estatus de medicina, considerándose poco menos que una pócima milagrosa que prolongaba la vida.
No tenemos pruebas de que su poder sanador, no obstante, de lo que sí estoy convencido, es de su extraordinario sabor, amén de sus destacables propiedades nutricionales.
Con el paso de los años, algunos ingredientes, como el jamón o el chorizo, empezaron a hacer acto de presencia, dándole más sustancia.
Cómo hacer sopa castellana con Thermomix
Se trata de una receta sencilla capaz de convencer a todo el mundo.
Es importante partir de un caldo sustancioso de jamón potente, lo que prácticamente resolverá el plato.
Además, por supuesto, no podemos olvidar el pimentón, que en este caso será Murciano y no de La Vera, para no eclipsar con el sabor ahumado de este al resto de los productos.
Optaremos por ajos morados, típicos de las Pedroñeras y que siempre marcan la diferencia.
Ingredientes:
Huesos de jamón ibérico 750 g.
Agua mineral 2 l.
Hogaza de pan sentada 80 g.
Ajos 5 unidades
Pimentón murciano 1 cucharada
Aceite de oliva virgen extra 50 ml.
Huevos 3 unidades
Sal
Elaboración:
La sopa se prepara en un periquete, aunque como advertía, es imprescindible partir de un caldo con garra. Aquí se despliega un amplio abanico de opciones, desde los tetrabriks o pastillas de caldo que venden los supermercados, pasando por las sobras de una sopa de cocido o similar, hasta elaborar adrede, un delicioso caldo de jamón para la sopa, que es precisamente lo que haremos nosotros.
Circulan por internet multitud de recetas para preparar un caldo de jamón, añadiendo muchas veces ingredientes que enmascaran el umami del mismo. Los caldos de jamón deberían llevar única y exclusivamente jamón, como el que detallo a continuación. Introduciremos en el cestillo de la Thermomix los huesos, y a continuación verteremos los dos litros de agua.
Programaremos 60 min a 100º y velocidad 1. Transcurrido el tiempo, extraeremos el cestillo y colaremos el caldo a través de un chino, colador o, mejor aún, de una estameña. Dejaremos que se enfríe completamente y con la ayuda de una espumadera retiraremos la grasa que habrá solidificado en la superficie. Reservaremos mientras proseguimos con el resto del plato.
Calentaremos el aceite dentro del vaso durante 5 minutos, a 120º o función Varoma y velocidad 1, retirando el cubilete. Incorporaremos los ajos cortados en láminas y los freiremos por 4 minutos, a 120º o función Varoma, giro inverso y velocidad cuchara, sin colocar el cubilete también. Introduce el pan en rebanadas y fríelo 2 minutos, función Varoma, giro inverso y velocidad cuchara.
Agregaremos el pimentón y mezclaremos 20 segundos, giro inverso y velocidad cuchara. Nuevamente, como hasta ahora, sin cubilete. Verteremos el caldo y lo cocinaremos 20 minutos, a 100º y velocidad 1. De los dos litros de agua que partimos para infusionar los huesos de jamón, nos quedará aproximadamente 1 l. o 1,2 l. de caldo, que es la medida justa para esta receta.
Finalmente, cascaremos y meteremos los huevos por el bocal, colocando el cubilete y mezclando 5 segundos, a velocidad 2. Lo dejaremos reposar 5 minutos antes de servir y el calor residual hará lo propio con los huevos que quedarán en su punto. Otra alternativa más vistosa serían colocar una yema en el centro de los platos y taparlos, dejando que el vapor la cocine ligeramente.
Aclarar, que retiramos el cubilete salvo para triturar y el caldo, porque para sofreír es lo óptimo, ya que del otro modo se genera mucho vapor en el interior que acaba cociendo los alimentos. Esta sopa de ajo acompaña muy bien con unos picatostes, o al igual que ocurre con la sopa de cebolla, gratinándola con un poco de queso Emmental o similar. Remataríamos con un poco de cebollino.
¡Qué aproveche!
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