Sopa de tomate hasta que remate
Refrán Popular
De Marchena, Sevilla
Sí existe un plato rey en la Residencia, es esta sopa de tomate. Hay que seguir las pautas para conseguir el éxito en este tipo de platos tradicionales, aquí no nos valen las prisas. Tenemos que mimar las verduras, lavándolas, pelándolas como el caso del tomate y picándolas, constituyendo un auténtico arco iris de color. Luego, es imprescindible el refrito a fuego suave, jugar con la paleta, removiendo y dejando su tiempo para que sofrían las verduras y no cuezan, siendo imprescindible que tome color la cebolla, para pasar a los dos pimientos y concluir con la tomatada.
El pan, por supuesto de pueblo, tipo candeal o de hogaza y si queremos añadirle a la sopa un aporte proteínico que mejor que algo de huevo cocido, pero esto se nos escapa de la receta original. Así, que aquí os dejo esta maravilla de la naturaleza y por supuesto, herencia de las generaciones que nos precedieron.
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Roscos Marcheneros
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Arroz con Castañas
Marchena, acequia.
INGREDIENTES
Tres o cuatro tomates maduros
Una cebolla grande o dos medianas
Tres pimientos verdes
Un pimiento rojo
Dos dientes de ajo
200 gramos de pan amasado
Caldo de Puchero o en su defecto agua
Aceite de oliva virgen extra
Hierbabuena picadita
Sal
ELABORACIÓN
Lo primero es preparar los tomates y demás verduras.
Pelamos la cebolla y lavamos el resto, limpiando los pimientos.
Escalfamos en agua los tomates, vertiéndolos, justo cuando el agua esté a punto de hervor durante unos segundos para poder pelarlos a posteriori con facilidad.
A continuación, le quitamos las pepitas y picamos la carne del tomate, es importante aprovechar el jugo que sueltan los tomates.
Hacemos un refrito con los ajos, la cebolla y los pimientos; todo picadito. Cuando todo esté pochado le incorporamos el tomate natural, machacándolo con la paletilla hasta que esté frito.
Se le agrega el caldo de puchero y se deja hervir sobre quince minutos, aproximadamente
Es muy importante que ligue todo muy bien y la sopa quede suave, sin mucho caldo, pero bien mezclada.
El pan, que debe de ser del día anterior, lo cortamos a cuadraditos y los disponemos sobre el fondo de la sopera.
Vertemos la sopa sobre el pan.
Se espolvorea con hierbabuena.
Punto de sal y si vemos necesario un pellizco de azúcar.
OBSERVACIONES
Un plato clásico donde los haya, con muchas posibilidades y variantes conforme nos vamos desplazando por la geografía andaluza.
Con gambas, almejas, un huevo cuajado en el centro, taquitos de jamón o de queso de cabra. Muchas son las maneras en que llevamos probado la sopa de tomate a lo largo y ancho de la geografía andaluza.
El tomate es el secreto; jugoso y madurito.
El pan campero y del día anterior, también hay quien lo remoja en agua con anterioridad.
Hemos de tener cuidado de no pasarnos con el aceite, que estropea la sopa.
Por lo que nada más lo veamos asomar sobre la superficie de la sopa, desgrasamos la misma, bien con un cucharón o con papel absorbente.
Esta sopa se caracteriza por casi la ausencia de caldo, constituyendo los vegetales junto al pan su particular originalidad.
Plato centenario, aporte de vitaminas e hidratos de carbono.
Más natural y saludable imposible.
La hierbabuena fresca, aunque eso seguro que no era necesario decirlo.