INGREDIENTES (Para molde de 15 cm)
Para la base:
100 grs de galletas María
50 grs de mantequilla
Para el relleno:
500 ml de leche entera
4 yemas de huevo L
20 grs de maicena
100 grs de azúcar blanca
50 grs de azúcar moreno (para quemar la superficie)
5 hojas de gelatina neutra
La piel de un limón
Un palo de canela
PREPARACIÓN
Metemos las galletas en una bolsa de cierre hermético y le vamos pasando un rodillo por encima para hacerlas trocitos pequeños (también podemos hacerlo con una trituradora). Una vez hecho esto las mezclamos con la mantequilla derretida. Cubrimos el fondo del molde con esta masa y la metemos en el frigorífico mientras preparamos el relleno.
Ponemos las hojas de gelatina en agua hasta que estén hidratadas (el tiempo lo pone en el paquete).
Ponemos 400 ml de leche en un cazo junto con la piel del limón y la rama de canela y cuando comience a hervir retiramos del fuego y dejamos que se temple. En los 100 ml de leche que nos quedan (que ha de estar fría) disolvemos la maicena.
Por otro lado batimos las yemas con el azúcar y cuanto estén bien integradas le añadimos la mezcla de leche y maicena.
Retiramos la piel del limón y la rama de canela de la leche y juntamos esta mezcla con la que habíamos hecho con las yemas. Lo ponemos todo en un cazo a fuego medio y sin parar de remover hasta que la mezcla espese un poco (no ha de quedar muy espeso). En este punto añadimos la gelatina y removemos un minuto más.
Vertemos nuestra crema (es mejor que enfríe un poquito) sobre la base de galletas y llevamos al frigorífico durante toda la noche.
Al día siguiente cubrimos la tarta con una buena capa de azúcar y lo quemamos con ayuda de un soplete. Es recomendable meter la tarta 15 minutos en el congelador antes de hacer este paso para evitar que se nos derrita un poco debido al calor del soplete.