Esta original tarta es muy fácil de preparar y queda de lujo. ¡¡¡Fresquita está deliciosa!!!
1 lámina pasta brisa refrigerada
1 l leche
2 sobres cuajadas
70 gr azúcar
4 hojas gelatina
Para Decorar:
1/2 sandía sin semillas
Unas hojitas de menta
Yo he utilizado un molde de tartaleta de 28 cm
Precalienta el horno a 180°C. Deja la pasta brisa 5 minutos a temperatura ambiente.
Pon la masa sobre el molde con el papel que trae.
Pincha el fondo varias veces con un tenedor y añade encima un puñado de garbanzos secos. Hornea la base de la tarta unos 20 minutos, hasta que se dore. Deja enfriar y retira las legumbres y el papel.
Deslíe los sobres de cuajada en 250 ml de leche. Pon un cazo al fuego con la leche restante, añade el azúcar y lleva a ebullición. Agrega la cuajada desleída, remueve hasta que vuelva a hervir.
Deja templar un poco y rellena con esta mezcla la base de la tarta. Deja enfriar y reserva en la nevera.
Coge la media sandia y forma bolas con la pulpa, con la cuchara especial, hasta que consigas las necesarias para cubrir la tarta.
Retira la pulpa que queda en la sandía, tritúrala y cuélala; necesitas 250 ml de líquido.
Pon las hojas de gelatina en remojo de agua fría 15 minutos, para que se hidraten, y escúrrelas. Calienta 75 ml de zumo de sandía, agrega la gelatina y remueve hasta disolverla. Añade el resto del zumo, poco a poco y sin dejar de mezclar.
Cubre la cuajada con esta preparación y déjala en la nevera hasta que se solidifique.
Decora la tarta con las bolitas de sandía preparadas, reparte por encima las hojas de menta lavadas y sirve.
Y ahora toca disfrutarla, que está muy rica.